Día 6: Springfield – Lebanon

Hoy tenemos 292 millas (unos 496 km) por delante, una de nuestras jornadas más largas. Iremos desde Springfield (Illinois) hasta Lebanon (Missouri). Os dejo el mapa confeccionado en My Maps de Google Maps. Ayer intentaba hacerlo con la primera etapa y no sabía cómo hacerlo, espero que se vea bien, si no es así ponedme algún comentario para tratar de solucionarlo.

Salimos temprano, sobre las 08:15 de la mañana, debe ser que vamos dormidos pues nos olvidamos de pasar por el tercer gigante de Illinois, que está aquí mismo, en Springfield Lauterbach Giant así que otra vez será, ya no vamos a dar la vuelta. Seguimos con más y más campos de maíz y hacemos nuestra primera parada en el autocine de Litchfield el Sky View Drive-in Theatre no hay problema para encontrarlo pues la ruta pasa al lado. A lo largo del viaje encontraremos alguno más. A esta hora está cerrado, pero no hay ni un alma y no tiene ningún tipo de valla, así que entramos un momentito para echar un vistazo.

En Litchfield podemos ver también el Ariston Cafe un conocido restaurante de la ruta, pero sólo abre para comidas, no ofrecen desayunos.

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Ya es la hora del desayuno, así que justo al lado del Ariston Cafe, vemos otro local que tiene buena pinta y entramos. Se llama Jubelt’s Bakery y lo cierto es que estaba todo buenísimo, pancakes con chocolate y sirope, chicken burger, capuccino vainilla, cada uno nos pedimos diferentes cosas para probar, me parece que vamos a volver con unos cuantos kilos de más.

Sobre la milla 50 llegamos a Mount Olive, aquí encontramos otra gasolinera histórica, la Soulsby Station, en muchos de estos establecimientos puedes encontrar un pequeño museo y una pequeña tienda de recuerdos. Hablando de souvenirs, si quereis comprar recuerdos relacionados con la ruta, os aconsejo que lo hagáis antes de las zonas más concurridas de New Mexico, Arizona. Por Illinois, Missouri, Oklahoma los encontraréis algo más baratos. Al menos haceros con una parte en estos estados y dejaros algo de presupuesto para el resto, no lo compréis todo al final.

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Continuamos el camino, hay otro par de cosas que nos tienen sorprendidos en estos primeros días, por un lado la cultura de la caravana, autocaravana que tiene este país. Las hay de todo tipo y de todas las dimensiones imaginables. Algunas a pesar de lo enormes que son, son para engancharlas en tu macrofurgoneta americana. Por otro lado y sin tener nada que ver, está el tema de las oficinas bancarias, es muy habitual encontrarte con un local que parece una vivienda, donde está la oficina y en el exterior tienes cajeros automáticos para sacar dinero desde el coche, como si fuera un McAuto. Os dejaré alguna otra muestra igual en otra entrada de ambos temas, de momento, un par de fotos.

Llegamos a la milla 90, estamos a las afueras de St Louis, y alcanzamos uno de los puntos de interés del día el Chain of Rocks Bridge un extenso puente que cruza el río Mississippi. Con una longitud de aproximadamente una milla y con un giro en su camino cuando atraviesa el río de unos 22 grados. El puente está situado en la frontera entre Illinois y Missouri y se inauguró en 1929. En 1970 se cerró al tráfico, ahora es únicamente transitable por peatones y ciclistas. Es un puente muy bonito, majestuoso ante las rápidas aguas del Mississipi. Puedes dejar el coche justo al principio del puente y recorrer una parte o todo. el camino que llega al puente se divide en dos poco antes de llegar, por un camino llegas al incio del puente, por el otro bajas a la orilla del río para tener una perspectiva de sus dimensiones, de su bella construcción.

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Deshacemos unas pocas millas pues la carretera a Chain of Rocks Bridge no tiene salida, y entramos en St Louis, encontramos bien la zona del Gateway Arch el enorme Arco situado junto al río, en el centro de St Louis. Aparcamos el coche junto al estadio Busch de los Cardinals de St Louis. Están celebrando algún tipo de evento de viejas glorias, el centro comercial, de exposiciones que tiene el estadio, está a tope. No disponemos del tiempo necesario para poder acercarnos a subir en el ascensor que te lleva a lo más alto del arco y donde debe haber unas buenas vistas de la ciudad, así recorremos un poco los alrededores, donde también puedes ver el capitolio de la city.

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Continuamos y pasamos por Cuba, no la isla 🙂 donde puedes ver diversos edificios con unos murales sobre la Ruta 66 y más tarde pasamos por Fanning, donde tienen la que dice ser la silla más grande del mundo (unos 12 metros de alto), debe de ser para las estatuas gigantes de Illinois…, también al lado de la silla vemos la última tecnología en máquinas cortacésped.

Paramos a poner gasolina por segunda vez, de momento el precio es bastante económico, unos 2,40 usd el galón (unos 4,5 litros), es decir unos 0,53 usd el litro. Ya os aviso que por aquí es donde más barata está, a medida que avancemos hacia el oeste, será más cara. Sobre la milla 225 llegamos a otro de los puentes, parecido al Chain of Rocks, más conocidos de la ruta, Devil’s Elbow el codo del diablo. El propio puente forma parte de la ruta, pero nosotros no vamos a poder pasar por él.  Nos encontramos con un grupo de moteros y macrofurgonetas 4×4, con banderas confederadas y música country a tope, que están realizando una fiesta y tienen la carretera cortada. No se ve mal ambiente así que aparcamos el coche, pasamos caminando y visitamos el puente a pie. Nuestro 4×4 al lado de alguno de los suyos, parece de juguete, una chincheta.

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Nuestra chincheta junto al primo de Zumosol

Poco antes de nuestro destino final de hoy, llegamos al último puente del día, se trata de un puente de 1923 sobre el Gasconade River. No se encuentra en buen estado de conservación para vehículos, así que sólo puedes acercarte a pie.

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Finalmente llegamos a Lebanon y a nuestro destino, son aproximadamente las 18:30 cuando llegamos al motel, es uno de los históricos de la ruta, el Munger Moss Motel no sé si ha cambiado pero la reserva tuvimos que hacerla vía mail con su propietaria, la Sra. Ramona Lehman. Conserva muy bien el estilo del típico motel de carretera, con su neón iluminado por la noche. Como habáimos reservado pronto y le dijimos que hacíamos la ruta, tuvo el detalle de darnos la habitación 66.

Salimos a cenar a Lebanon y vamos al Dowd’s Catfish & BBQ por primera vez vamos a comer pescado, no es fácil encontrar restaurantes que tengan. Ani y Paula se piden salmón, Eric un sandwich de pollo y yo, ya que estamos en el Catfish, pues me pido el pez gato. Al final es un pescado rebozado a tiras, presentado como en un bocadillo con rodajas de tomate, está bueno. Después de cenar nos acercamos al Wallmart, pues mañana también será largo y como el motel no tiene un restaurante para desayunar, hemos pensado comprarnos algo y desayunar en la habitación, antes de salir. Ahora a descansar que ya es hora.

Día 5: Chicago – Springfield

Hoy comenzamos nuestra ruta con una etapa de 206 millas (331 km) que nos llevará desde Chicago a Springfield (Illinois), especifico el estado porque en Estados Unidos hay muchos Springfield. Abandonamos con mucha penita nuestro hotel en la ciudad, dudando que encontremos alguno mejor en nuestra ruta, y nos dirigimos al lugar de recogida del coche. Está situado en el 203 N LaSalle St, muy cerca de nuestro hotel y también es perfecto para tomar la dirección correcta siguiendo la Ruta 66 dentro de las calles de Chicago. En el mismo local «conviven» varias compañías como National Car, Alamo,… La reserva que hicimos a través de www.drive-usa.de era con National Car, así que nos dirigimos a su mostrador y todo fue bien y rápido, en unos 20 minutos ya estábamos listos. Habíamos reservado un todo terreno Mid-Size, tamaño medio, cuando bajamos al garage el coche que nos habían asignado era un Nissan Rogue, lo que aquí sería un Nissan Qashqai, evidentemente automático que es lo normal en este país. Teníamos dudas si nos cabrían las maletas, pero no hubo problema, el maletero es bastante espacioso.

Os dejo la ruta realizada con My Maps de Google Maps, espero que funcione para que lo veáis bien, he editado la entrada para incluirlo pues ayer no acertaba cómo hacerlo. Por favor si no funciona hacédmelo saber por los comentarios.

Salir de Chicago siguiendo la Ruta 66 es sencillo, las indicaciones que figuran en la guía EZ66 que os había comentado son muy precisas y trasladadas a la aplicación Maps.me del Ipad, hacen que trabajando con ambas, sea muy fácil seguirla. Como había sido yo el que se había empollado cada una de las etapas, creo que va a ser Ani la que conduzca la mayor parte del camino. Adiós Chicago, te echaremos de menos.

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La conducción es sencilla, no sólo por el vehículo automático, principalmente porque la gente es muy respetuosa con las señales, la velocidad, las preferencias de paso. No existe el ceda el paso como lo conocemos en España, si llegas a un cruce donde no hay stops, siempre tiene preferencia el que llega primero, y aunque tú te pares porque llegas primero pero te piensas que como en España, el otro vehículo tiene preferencia, da igual, el otro conductor se paraba y esperaba a que tú pasaras para pasar él. Otra particularidad son los semáforos, la mayoría están situados al otro lado del cruce, tú te detienes igual en tu lado, pero el semáforo lo tienes enfrente, no encima o a tu lado. Además en el propio semáforo muchas veces tienes un cartel con el nombre de la calle que cruzas, lo que ayuda bastante a tu navegación.

Los primeros paisajes del estado de Illinois nos muestran casas con jardines en perfecto estado, incluso casas muy sencillas, tienen unos jardines preciosos. Muchas casas no tienen valla ni con el vecino ni con la carretera, algo que en España es bastante impensable. Todo es muy llano, hay campos y campos enormes de maíz. Para seguir la Ruta 66 no tenemos ningún problema, además de nuestra superguía y mapas, cada cierta distancia sueles tener un letrero que te indica que te encuentras en la Historic Route 66, o que gires a izquierda, o derecha para seguirla.

A su paso por Elwood, la Ruta 66 pasa por el cementerio de veteranos Abraham Lincoln, nos decidimos a entrar a echar un vistazo, con mucho respeto pues tenían la bandera a media asta y probablemente estuvieran haciendo alguna ceremonia, hacemos un par de fotos desde la distancia y volvemos a la ruta.

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Sobre la milla 55 de nuestro recorrido de hoy, llegamos a Wilmington, en esta población encontramos el primero de los tres gigantes que podemos ver en este comienzo de la ruta. Son tres figuras gigantes, hombres anuncio, que se hicieron típicos a partir de los 60. El primero es el Gemini Giant que se construyó para promocionar un restaurante. está al lado de un restaurante ya abandonado, dejamos el coche al lado, junto a un coche de policía que debe estar escondido para pillar a algún Lewis Hamilton del asfalto. Ani se quería hacer una foto junto al coche de policía, pero la convenzo de que mejor que no, no vaya a ser que acabemos nuestro primer día de ruta en chirona.

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Nuestro bólido

Seguimos nuestra ruta (necesito una mesita para el puesto de copiloto, llevo más trastos, que el copiloto de un rally), es muy típico encontrarnos con casas de compraventa de vehículos usados, muchos de ellos como los que vemos en las películas con el precio bien visible en el parabrisas. También vemos la habitual imagen de, al llegar a la entrada de un pueblo, ciudad, encontrarnos un letrero que indica el nombre del pueblo y el número de habitantes. Muchas de estas poblaciones tienen un depósito elevado de agua, en el que suelen escribir su nombre, así es más fácil saber donde te encuentras.

En Dwight hacemos nuestra parada en la primera de las gasolineras históricas de la Ruta 66, son muchas las que nos vamos a encontrar. En ésta gasolinera Texaco (Ambler’s Texaco) nos encontramos con Charles, que muy amablemente nos explica su historia, incluso le dice a Ani que se suba a su coche de bomberos de 1914 para hacerse unas fotos. Nos pregunta de dónde venimos y que por favor escribamos en el libro de la gasolinera nuestros nombres y nuestro lugar de procedencia. vemos que hoy ya han pasado 5-6 personas, entre ellos uno de Madrid.

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Nuestra siguiente parada es en Odell, aproximadamente en la milla 85 de nuestra ruta de hoy. Aquí podemos ver otra gasolinera histórica, la Standard Oil Gas Station.

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Volvemos a la ruta para llegar a Pontiac (milla 95), aquí vamos a visitar nuestro primer museo de los varios que puedes ver a lo largo del recorrido. Este es gratuito y dejas algún dólar si quieres, para ayudarles en el mantenimiento y conservación. Esta población también tiene varios murales en la zona alrededor del museo. Merece la pena dejar el coche cerca del museo dedicarle aunque sea unos pocos minutos a pasear por los alrededores del museo. Dentro del mismo, podemos encontrar objetos de todo tipo, la historia de la ruta y además varios espacios destinados a mostrar uniformes de la 2ª Guera Mundial, de Vietnam, donados por familiares de los soldados. También espacios que nos muestran imágenes, escenarios de la vida cotidiana de los años 40-50.

Ya es la hora de comer, así que vamos a uno de los que recomienda nuestra guía EZ66, Old Log Cabin situado también en Pontiac, para variar tomamos hamburguesas, muy ricas.

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Con el estómago lleno, continuamos camino pasando por más y más campos de maíz, más carreteras con la vegetación de los arcenes y las medianas perfectamente cuidados. Muchos de los propietarios de estas casas a pie de carretera que vemos, tienen su macrocortadora de césped, casi del tamaño de un tractor, para tenerlo todo siempre perfecto. Llegando a Atlanta, pasamos por una Universidad y varias casas de hermandades, las típicas de las películas con sus letras griegas en la entrada. En Atlanta llegamos al segundo de las figuras gigantes de Illinois,el Bunyon’s Statue junto a la misma tienes una pequeña atracción de las de golpear con un martillo para hacer subir una pieza y conseguir que toque la campana. Muy difícil, creo que Ani ha sido la más fuerte, así que cuidado, no os metáis con ella…

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Giant Abe Lincoln, en Lincoln (Illinois)

Ya nos acercamos a Springfield, y en sus afueras, nos encontramos con el cementerio donde está la tumba de Abraham Lincoln, merece la pena dejar el coche en la entrada y acercarse caminando hasta su tumba, mausoleo. está cerca de la entrada y no te llevara más de 15-20 minutos. El cementerio está muy bien cuidado, con árboles enormes y vimos algunas ardillas correteando.

Entramos en la ciudad para ver el Capitolio de la ciudad (Old State Capitol) y después de la pequeña parada, nos dirigimos a nuestro hotel, Route 66 Hotel uno de los típicos de la ruta. La decoración de los pasillos está muy bien, pero lo cierto es que al menos la habitación que nos tocó a nosotros dejaba bastante que desear. Al menos resultó ser al final, la peor que nos vamos a encontrar en nuestro viaje. Quizás fue mala suerte, pero olía bastante a humedad y era muy oscura, en un pasillo en la planta baja. Más bien parecía un local reciclado pues la pared que daba al pasillo era de cristal y luego con una cortina gruesa interior, podías conseguir que no te viera la gente al pasar. Nos bañamos un poco en la piscina que tiene el hotel, con el logo de la ruta dibujado en el fondo. Para cenar, y por primera vez desde que estamos en Estados Unidos, vamos a un McDonald’s. ¡Qué decepción!, pedimos el equivalente a nuestro McPollo y el panecillo estaba bastante peor para nuestro gusto, estaba hecho con mucha mantequilla y no tenía las semillas de sésamo por encima que tiene el de España. Parecía un Bollycao. En fin, creo que este ha sido nuestro primer y último McDonald’s de la ruta. Volvemos al hotel y descansar, que el día ha sido duro. Unas últimas fotos para terminar la entrada de hoy.

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Old State Capitol

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Pasillo del hotel

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Exterior del Route 66 Hotel

 

Día 4: Chicago

Hoy es nuestro último día completo en Chicago, así que por la mañana nos vamos a una playa del Lago Michigan, a bañarnos un poquito. Por la situación de nuestro hotel, la que nos va mejor es Oak Street Beach que está situada cerca de la torre Hancock, al norte de la misma. Hace un día muy bueno y el agua está muy tranquila, se ve muy transparente y la playa está muy limpia. La arena es fina, no hay mucha gente en la playa, y bañandose menos. Se ve más gente paseando o en bici por el paseo que hay junto a la playa. Ani y los niños se atreven más con el agua, para mí que soy friolero está muy fría, así que no paso de la cintura. Es poco profunda, como las playas de la Costa Daurada de Tarragona. Mientras nos estábamos bañando pasaron varios cazas haciendo prácticas para alguna exhibición o algo así.

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Regresamos al hotel a cambiarnos y salimos a comer. En esta ocasión le toca al turno a Al’s Beef es similar al America’s Dog del primer día, aunque es este predominan más los bocadillos de carne que los perritos calientes. Mi familia se pide el Cheese Dog, yo el Italian Beef, que es su bocadillo estrella. Es similar al hot dog, con el mismo tipo de pan, pero va relleno de carne de ternera desmenuzada muy fina, pimiento verde y provolone. Estaba muy bueno, pero un poco pringoso, no sabías muy bien por donde cogerlo. No sé si ya os lo he comentado pero las bebidas en Estados Unidos, son de relleno gratuito en muchos restaurantes, sobre todo los de comida rápida. El agua es gratuita y suele ser agua del grifo, pero no hemos notado que tenga una calidad diferente a la que puedas encontrar en cualquier hogar de España, así que puedes pedirla sin problemas.

Después de comer nos vamos paseando por Millenium Park hacia el sur, pasamos primero por Buckingham Fountain, una preciosa fuente y más adelante llegamos a The Field Museum, el gran museo de historia natural de Chicago.

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The Field Museum es uno de los principales museos de Estados Unidos, su principal atracción es que posee el esqueleto de Tyranosaurus Rex más grande, más completo y mejor conservado del mundo. Conocido popularmente como Sue. Como curiosidad os diré que la cabeza de Sue no la tienen puesta encima del cuerpo, ya que pesa mucho (unos 250 kg.) y podría perjudicar a la conservación. Así que la cabeza que figura expuesta junto al esqueleto es una reproducción más ligera, la cabeza original puedes verla en la planta superior del museo. Este museo también entra dentro de la Go Card, así que hacemos uso de ella para verlo. Es un museo enorme, tienen cientos, miles de animales disecados, réplicas, muchos de ellos expuestos simulando un hábitat en un pequeño espacio. Podrías estar aquí todo el día, pero creo que con unas 2-3 horas puedes hacerte una idea bastante aproximada de todo y ver lo más significativo o lo que más te interese.

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Al terminar nos vamos al Shedd Aquarium que se encuentra justo al lado de The Field Museum. También entraría dentro de la Go Card, de hecho en nuestro caso, ésta va a ser nuestra última atracción, de las cinco que podíamos escoger. Es un acuario similar al de cualquier otra capital, está bien, sobre todo si vas con niños, como en nuestro caso. Tienen infinidad de peces, reptiles, y un delfinario muy grande, que por desgracia no pudimos ver pues una de las delfines había tenido una cría y los espectáculos estaban suspendidos temporalmente. En cualquier caso os comento que con la entrada de la Go Card te da acceso a la visita general, pero los delfines y algún otro espectáculo adicional, llevan suplemento. Tienen también una piscina con belugas, muy bonitas. Con unas 2-3 horas como en el museo, es más que suficiente para verlo todo.

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Vistas desde el Shedd Aquarium

Estamos cansados, son las 18:00, así que decidimos que ya está bien por hoy, volvemos tranquilamente al hotel pues las piernas ya no dan para más. No tenemos muchas ganas de salir a un restaurante, así que nos acercamos a un supermercado cerca del hotel, Trader Joe’s creo que se llama, en E Ontario St. Compramos una ensalada César tamaño grande, tomates, embutido y pan, estos dos últimos cuesta encontrarlos como en España, todo el pan es de molde, hay baguettes precocinadas, pero no tenemos un horno en el hotel, y el embutido es escaso, lo poco que hay es jamón o salchichón italiano, es lo más parecido que pudimos encontrar. Por hoy es todo, mañana a recoger el coche de alquiler y a iniciar nuestra ruta por el país.

Día 3: Chicago

Hoy 12 de Agosto nos espera un día intenso, queremos aprovechar bien estos días para disfrutar de lo que ofrece esta preciosa ciudad. Chicago es conocida como la ciudad del viento (Windy City), y debe ser así, pero la verdad es que sopla una brisa suave y fresca, que hace que la temperatura sea muy agradable.

Después del desayuno salimos a recorrer la ciudad, imagino que como es lógico habrá de todo en la ciudad, pero lo cierto es que está todo muy limpio y cuidado, da gusto caminar. Nos dirigimos en primer hacia la Torre Willis, llegamos sobre las 09:30 y haciendo uso de nuestra Chicago Go Card, entramos sin hacer colas. Una vez dentro, el ascensor te deja en aproximadamente un minuto en el mirador Skydeck de la planta 103. Se nota la sensación de la velocidad del ascensor, así como la presión en los oídos por el rápido ascenso, toda una experiencia.

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Desde sus más de 400 metros de altura, las vistas son ESPECTACULARES, en un día radiante y despejado como hoy, puedes ver una gran extensión de las llanuras de Illinois y del Lago Michigan. Una vez en el piso del Skydeck, puedes pasearme libremente por toda la planta, con vistas en todo su perímetro. La atracción principal del Skydeck son sus balcones colgantes, totalmente de vidrio transparente, sobresalen del edificio, lo que imagino que no será apto para todos. Nosotros entramos los cuatro, la primera vez que pones el pie en el suelo de vidrio transparente, la sensación de vértigo es extraña, parece que tu cuerpo te diga, no pongas el pie ahí ¡¡, pero al menos en nuestro caso, nos duró ese instante, enseguida nos acostumbramos y disfrutamos de la experiencia, de sus vistas. Como era temprano no había mucha gente, y todos los allí presentes fuimos bastante educados y nos íbamos turnando para entrar y salir de los balcones, sin abusar del tiempo, puedes entrar y salir tantas veces como quieras.

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 Al salir de la Torre Willis nos acercamos a ver Union Station, la principal y más conocida estación de trenes de Chicago. Construída en los años 20, en ella se rodaron escenas de Los Intocables de Elliot Ness. En esta ocasión en el Hall central estaban realizando algún tipo de acto benéfico. Seguimos nuestro camino y nos dirigimos a ver uno de los restaurantes más famosos de la ruta y que puede servir para tomarte un buen desayuno e iniciar la ruta, se trata de Lou Mitchell’s, a nosotros por la hora no nos iba bien ni desayunar ni comer, así que nos limitamos a hacerle unas fotos.

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A continuación vamos al mítico punto dónde se inicia la Ruta 66, situado en W Adams St, casi llegando al Art Institute. Esta señal indica el punto desde donde empieza la aventura, así que nos hacemos unas fotos junto a ella. No hay nadie más esperando, así que las podemos hacer con tranquilidad.

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De aquí nos dirigimos a Millenium Park, que está muy cerca. En este inmenso parque podemos ver varias de las atracciones más conocidas de Chicago. Lo cierto es que es una zona muy bonita, con mucha vida. Aquí tenemos el Auditorio Jay Pritzker, obra de Frank Gehry, el mismo arquitecto del Guggenheim, también podemos ver Cloud Gate (más conocida como The Bean), la escultura metálica con forma de judía, y las esculturas del español Jaume Plensa, la Crown Fountain.

Ya es la hora de comer y hemos pensado que después de esta buena caminata matutina, lo mejor va a ser probar la famosa Deep Dish Pizza de Chicago. Hay muchos establecimientos recomendados, nosotros por la ubicación en que estamos, vamos a Giordano’s , habíamos leído en la web de losviajeros.com sobre su tamaño y menos mal que lo hicimos, pedimos la mediana para compartir los cuatro y fue perfecto, con una comen cuatro. Estaba deliciosa, de lo mejor que hemos comido durante este viaje. Tardan unos 45 minutos en prepararla, pues requiere su tiempo y te la hacen en el momento, ya te lo avisan, pero no nos importaba esperar. Puedes combinar varios sabores, nosotros hicimos media Chicken Bacon BBQ (Barbacoa) y media de piña con bacon. La mediana trae 8 slides (8 trozos, piezas) suficiente dado su grosor. Para no «aburrirnos» en la espera nos pedimos unos nuggets y una ensalada césar, que también estaban muy buenos.

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Bueno, ahora hay que bajar toda esta comida, así que nos vamos andando hacia el Navy Pier, una zona de tiendas, restaurantes, souvenirs, junto a la desembocadura del Chicago River. También tiene un mini parque de atracciones, pero más dedicado a niños pequeños, así que no nos subimos en ninguna atracción. A continuación nos vamos hacia la Magnificent Mile, la zona más cara y con las tiendas de marca de Chicago, algo asi como el Paseo de Gracia de Barcelona. Está situada en N Michigan Ave y paseamos por la avenida, podemos ver en ella la Water Tower, construída en 1869 para bombear agua del lago. Resulta extraño ver una constrcción de cierta antigüedad entre tanto rascacielos. Nuestra intención era pasear por la zona y esperar a que se hiciera de noche para subir a la John Hancock Tower, el otro gran rascacielos de Chicago y ver las vistas de la ciudad de noche, pero todavía es media tarde y estamos cansados, así que decidimos volver al hotel y descansar.

Salimos a cenar antes de ir de nuevo a la John Hancock Tower, y nos decidimos por Billy Goat Tavern, un bar de barrio en una calle subterránea junto a la N Michigan Ave, la zona era algo siniestra a estas horas, pero bueno, estamos al lado de la calle más cara de la ciudad, tampoco tiene por que pasarte nada. El local está bien, muy sencillo, como si en España vas al típico bar de tu barrio. La camarera habla español, lo que facilita las cosas a la hora de escoger las hamburguesas. Tomamos su famosa Cheezborger, muy rica, sabrosa y bien de precio. Seguimos nuestro camino hacia la Hancock y volvemos a utilizar nuestra Go Card para subir a la planta 94 y disfrutar de las vistas nocturnas. esta atracción tiene el nombre de 360 Chicago. Si no quieres gastar parte de tu Go Card o quieres ahorrarte parte del precio o todo, siempre puedes ir al bar restaurante (The Signature Room) de la planta 95 y tomarte algo para que no te llamen la atención y hacer desde allí las fotos. En nuestro caso nos pareció mejor opción el 360 Chicago. A las 21:30 comenzaron unos fuegos artificiales (creo que son habituales a esta hora en verano) en la zona del Navy Pier, que pudimos seguir desde las alturas. Es curioso ver unos fuegos artificiales que explotan más abajo de donde tú estas… Acaba el espectáculo y nuestras fuerzas también, así que, de vuelta al hotel a dormir que por hoy ya es suficiente.

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Día 2: Chicago.

Después de unas cuantas horas de vuelo, con escala en Düsseldorf, llegamos sobre las 11 de la mañana a Chicago. El vuelo ha ido francamente bien. La primera parte operada por Air Berlin, aunque era un avión tipo Vueling o Easyjet, me parecieron más cómodos y con mejor servicio que la media de los vuelos económicos. La segunda parte, operada por American Airlines, perfecta, plazas de turista bastante anchas, varios servicios de snacks, y comida muy bien para lo que suele ser habitual en un vuelo.

Pasamos la zona de aduanas sin problemas, lo cierto es que teníamos un poco de miedo porque hubiera muchos retrasos o que aleatoriamente (porque nosotros somos muy buenos, eh?) nos tocara uns revisión en profundidad, pero la verdad es que se lo miran todo mucho y preguntan, pero fue ágil y no tuve ninguna sensación de agobio, ni malas caras. Nada más salir de la recogida de equipaje, lo que primero que vemos ¿qué es?, pues un McDonalds por supuesto, con muchas banderas americanas por todas partes. Pasamos por delante y vamos a buscar nuestro transporte público desde el aeropuerto O’Hare hasta nuestro hotel.

Lo mejor para llegar al centro es tomar en el aeropuerto la Blue Line, ésta te lleva hasta la zona del Loop, que es el centro financiero de Chicago, el Downtown, donde confluyen las líneas principales de transportes en una zona circular, que te permite conectar y cambiar de línea para que puedas llegar a cualquier otro lugar de la ciudad. además en esta zona tienes el metro elevado, una imagen muy típica, que seguramente habrás visto en películas donde Chicago sea la ciudad protagonista. Puedes consultar toda la información necesaria en la página de transportes de la ciudad: www.transitchicago.com

Para desplazarte puedes comprar una Ventra Card, una especie de tarjeta de crédito, donde cargarás los bonos de transporte que necesites, por ejemplo de 1, 3, 7 días. No son caros, 3 días creo recordar que eran 20 $. Lo que no te entra en este importe es el trayecto del aeropuerto al centro, debes pagarlo aparte. Así que en nuestro caso, como nuestro hotel estaba muy céntrico, nos gusta andar bastante y Chicago es una ciudad muy cómoda de visitar, con la mayoría de sus puntos de interés próximos entre sí, decidimos comprar únicamente el trayecto al centro y no comprar la Ventra Card. Si luego nos cansábamos de andar, ya tomaríamos algún transporte de forma puntual. El precio del billete del aeropuerto al Downtown es de 5 $.

Nuestro hotel era el Kinzie Hotel situado en el downtown, muy cerca del río, en la orilla norte del mismo, así que nos bajamos en la estación de Lake/Clark y fuimos andando pues estaba a unos 5 minutos. Este hotel es perfecto, el mejor del viaje sin duda. En la recepción algunos hablan español, tienen desayuno en cada planta. es decir, tú te levantas por la mañana, sales con tu bandejita al pasillo y junto a los ascensores, en cada planta, tienes montada una mesa con pastas, pancakes, cafés, zumos, salchichas, huevos, tostadas,…, puedes ir y volver a tu habitación las veces que quieras. las habitaciones son muy grandes, muy cómodas y están en perfectas condiciones.

Después de colocar las cosas en la habitación, salimos del hotel para pasar nuestro primer día en Chicago. Ya es la hora de comer, así que es lo primero que hacemos. Habíamos leído sobre el perrito caliente típico de Chicago, el Chicago Dog, así que fuimos a un America’s Dog www.americasdog.com hay varios por la ciudad, y Ani y yo nos pedimos uno, los niños prefirieron hamburguesa. Estaba bien, pero para mi gusto llevaba demasiado pepinillo y una trozo de guindilla enorme, que le daban un sabor bastante fuerte.

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Chicago Dog

Después de comer dimos una vuelta por el centro ya que la idea era hacer un crucero por el río al atardecer. Así que aprovechamos para hacer nuestro primer reconocimiento a la zona más próxima alrededor del hotel.

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Marina City

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Chicago River

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Trump Tower

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Chicago Theatre

Hacia las 17:30 nos dirigimos a uno de los puntos de salida de los cruceros por el río que operan por el mismo. Hay varias compañías y varios tours, incluso también tienes los Chicago Water Taxi, algo así como un servicio público de taxis utilizando el río. Nosotros habíamos adquirido antes de salir la Chicago Go Card que tiene varias modalidades, en concreto teníamos la Explorer que te permite escoger entre 3 o 5 de las atracciones de la ciudad. Está bastante bien, supone un ahorro de dinero. Así que nuestra primera utilización fue para realizar el Architecture Cruise con Shoreline Sightseeing, lo cogimos junto al río, muy cerca de la Trump Tower, es recomendable que si podéis lo hagáis a una hora que os pille el atardecer durante el crucero, las vistas de la ciudad, de los rascacielos y cómo incide la luz crepuscular en ellos, es impresionante, mágico. Nuestro guía, Jim, era un tipo de lo más simpático, nos hizo unas fotos, nos preguntó de dónde veníamos y durante el trayecto sus comentarios fueron muy interesantes. Nos estuvo ilustrando sobre los cuatro tipos de arquitectura que conviven en Chicago, sobre cómo son sus habitantes, sobre el gran incendio que sufrió la ciudad,… realmente una excursión muy recomendable. Al terminar fuimos a cenar al hotel porque nos comentaron en recepción que en la última planta ponían bebidas y aperitivos gratis para los clientes, lo cierto es que no era gran cosa, no tanto por la calidad sino por la cantidad, pero estábamos bastante cansados y decidimos retirarnos a la habitación pues el día había sido largo. Os dejo con unas fotos más, tomadas desde el crucero por el río.