Día 17: Grand Canyon

Nuestra jornada de hoy es corta en millas, unas 120 (192 km), pero intensa en cuanto a emociones. Hoy salimos de Williams para ver el Grand Canyon National Park, sobrevolarlo en helicóptero y volver a dormir a Williams. Lo primero dejaros el mapa.

Hacia las 08:30 de la mañana dejamos nuestro hotel de Williams, en dirección norte, para recorrer las casi 60 millas hasta el Gran Cañón del Colorado. De hecho serán menos pues el helipuerto está unas millas antes.

El día se ha levantado gris y con algo de niebla, lo que no nos da buenas vibraciones sobre el tiempo que vamos a tener, pero bueno, tenemos más o menos una hora de trayecto, así que no perdamos tan pronto las esperanzas. El camino discurre por los bosques del Kaibab National Forest, una enorme extensión de bosques, que podríamos decir que rodea el Grand Canyon al norte y al sur del mismo. Lo cierto es que a medida que te acercas, parece imposible que una extensión con las características del Gran Cañón, se pueda encontrar entre estos bosques, pero estamos en zona de alta montaña, a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar. Sobre la milla 50 llegamos a la ciudad de Tuyasan, que es la pequeña localidad donde se encuentra el aeropuerto del Grand Canyon y donde también se encuentran las instalaciones de la compañía que hemos contratado para nuestro vuelo en helicóptero sobre el Grand Canyon, Papillon Grand Canyon Helicopters. Cuando estábamos preparando la ruta, teníamos nuestras dudas sobre si contratar lo del helicóptero, principalmente por el precio, pero bueno al final pensamos que va a ser muy difícil repetir un viaje así, es una oportunidad única y ya metidos en tanto gasto, pues nada, habrá que ahorrar algo más.

Nosotros hicimos la excursión más «económica»,  la North Canyon Tour, que tiene una duración de unos 25-30 minutos y que saliendo desde el helipuerto, entra en el Gran Cañón por el borde sur, lo sobrevuela un rato hasta atravesarlo y llegar al borde norte, da la vuelta y lo vuelve a atravesar un poco más por el centro y regresa a la base. En total la broma fueron 670 euros, 3 adultos y 1 niño (hasta 11 años), pero la diferencia de precio es pequeña, son 179 usd los adultos y 159 usd los niños. En determinadas fechas las horas cercanas al mediodía o atardecer pueden ser más caras y además pueden completarse, así que si queréis hacerlo mirarlo con bastante antelación. En cuanto sepáis qué día vais al Gran Cañón, yo ya lo miraría. Esta excursión se hace en el modelo más antiguo de los dos tipos de helicóptero que tienen, pero está bien, no son de la guerra de Corea, ni de Vietnam. Están bien preparados para las excursiones, y este modelo en concreto, tiene quizás de bueno que al ser más pequeño, sólo caben 6 personas, es más fácil que te toque la ventanilla. Os dejo ya alguna foto y luego sigo, que me estoy enrollando mucho.

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Nuestro helicóptero nos espera.

Bueno, hacemos un alto en el camino en el tema del helicóptero, porque como os había comentado, nuestro día no empezó muy bien en cuanto al clima. Cuando llegamos sobre las 9:20 a Papillon (hay que estar al menos media hora antes y nuestro vuelo era a las 10:15) nos dicen que todos los vuelos están suspendidos a causa del mal tiempo, hay mucha niebla en el Gran Cañón, amenaza lluvia y sopla algo de viento 😦

Nos dan varias alternativas, esperar allí a ver qué pasa, cambiar nuestra hora por una hora más tarde el mismo día y ver si mejora el tiempo, o volver al día siguiente. De las tres opciones, nos decidimos por la que creemos nos va mejor, que es cambiarlo por unas horas más tarde e ir a ver primero el Grand Canyon «a ras de suelo», y cogemos un vuelo a las 15:00 horas. Así que volvemos al coche y nos vamos a visitarlo.

Como ya os había comentado, lo sorprendente de éste y otros parques, es que hasta que no estás a 15-20 metros del Gran Cañón, te parece estar en un bosque. Han conseguido conservar muy bien el entorno y cuando llegas y aparcas tu coche, no ves nada todavía. La entrada cuesta 30 usd por vehículo, pero como entra en el pase anual, nos sale gratis. El Grand Canyon tiene una extensión inmensa, cualquier descripción se queda corta, tiene una longitud de unos 450 km, una anchura máxima de unos 30 km y una profundidad de unos 1,5 km. en total el parque ocupa unos 5.000 km². Le puedes dedicar todo el tiempo que quieras, nosotros vimos lo principal en poco más de 4 horas, pues estábamos limitados en parte por el horario del helicóptero.

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Nada más salir del coche y acercarnos al Rim (camino que bordea el Cañón), vemos claramente la causa de nuestros problemas, una densa niebla cubre la mayor parte del Cañón, así que ya os podéis imaginar la decepción. Este era uno de los momentos más esperados del viaje, y prácticamente no vemos nada. Bien, es pronto, tenemos tiempo por delante y no vamos a desesperarnos, así que con el mapa que te dan (aunque ya lo traíamos estudiado de casa, que somos muy aplicaditos) revisamos la ruta a seguir.

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Como igual el tamaño de la imagen no es el más adecuado, os dejo también el pdf. sr-pocket-map
Nada más entrar al parque dejamos el coche en los parkings 1-3 cerca del Grand Canyon Visitor Center y nos dirigimos al primero de los miradores, Mather Point. Evidentemente, aquí se hace notar la mayor presencia de turistas, los miradores están más llenos, sobretodo éste que es el más cercano al centro de visitantes. La niebla apenas deja hacer fotos ni medio decentes, así que después de esperar unos 15-20 minutos intentando ver algo, excepto una ardilla muy simpática que había por allí, decidimos seguir caminando por el Rim Trail hacia el siguiente punto, Yavapai Point. Os dejo las primeras fotos, las dos primeras son de Mather Point, el resto de camino a Yavapai Point (son 1,1 km) y desde este último mirador. Por suerte, las nubes bajas iban desapareciendo, dejando a la vista el espectáculo. Este lugar es inmenso.
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En Yavapai Point tomamos la Kaibab/Rim Route (Orange Route), el bus que recorre esta línea naranja y que nos dejará en la otra punta de este recorrido, el mirador de Yaki Point. La frecuencia de los autobuses es alta, cada 10-15 minutos, ahora bien, en estas fechas el volumen de turistas es elevado, por lo que piensa que en alguna parada es posible que no puedas subir en el primer autobús que pase y tengas que esperar al siguiente. Pasamos ahora a las fotos desde Yaki Point.
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A continuación nos toca coger la Orange Route de nuevo, para volver atrás y bajarnos en la parada de Grand Canyon Visitor Center. Aquí tomamos la Village Route (Blue Route) hasta Hermits Rest Route Transfer, para poder enlazar con la Hermits Rest Route (Red Route), ya que no hay conexión directa entre las líneas Orange y Red. La Blue Route hace un recorrido más por la zona de hoteles, lodges, comercios, así que que como no disponemos de tanto tiempo pasamos directamente a la otra ruta. Cuando tomes la Blue Route para ir a Hermits, fíjate pues tiene dos posibles recorridos, uno que para en todas las estaciones, y otro semidirecto que si quieres pasar de largo de la zona azul, te conviene más pues tarda menos en llegar.
En Hermits Rest Route Transfer, cambiamos a la Red Route como hemos comentado, y vamos desde su primera parada Village Route Transfer (está junto a Hermits) hasta la parada de Maricopa Point, desde aquí recorremos a pie los casi tres km que pasan por los siguientes miradores, Powell Point, Hopi Point y Mojave Point (si quieres puedes ir en bus, pero como tampoco era tanta la distancia y los buses iban llenos preferimos andar). Unas fotos más.

Deshacemos camino y regresamos al coche para volver al helipuerto. Esta vez sí hay suerte, han restablecido los vuelos y sobre las 15:00 tendremos el nuestro. El cielo sigue nublado, pero por lo menos no hay niebla. Para el vuelo te dan un chaleco salvavidas que debes ponerte y te asignan tu asiento en el helicóptero en función de tu peso. Cuando llegas y confirman tu vuelo, te pesan en una báscula, para así ver con qué otros pasajeros de tu horario encajas y cuál es tu mejor ubicación para el reparto de los pesos dentro del aparato. En nuestro caso nos tocó con una pareja italiana. A la chica le tocó delante con el piloto y atrás íbamos cinco, dos en el sentido contrario a la marcha, su novio y nuestro Eric, y enfrente íbamos Ani y yo en las ventanillas y Paula en medio entre nosotros. También debes ponerte unos cascos con su micro, tanto para escuchar al piloto, como si quieres hacer una pregunta o hablar entre nosotros.

Comienza el vuelo, las vistas, las sensaciones son increíbles, vale la pena el esfuerzo económico. Comienzas atravesando los bosques próximos a Tuyasan, para llegar de repente al borde del Cañón. Desde aquí sí que aprecias la inmensidad de esta obra de la naturaleza. Seguramente con un tiempo soleado apreciaríamos mejor los contrastes de colores del cañón, pero no le vamos a poner peros a esta magnífica experiencia. Durante el trayecto, el piloto nos explica detalles sobre el Gran Cañón y también nos pone algo de música, por ejemplo la de Apocalypse Now (muy apropiado) en el momento en que entramos en el Gran Cañón. también nos pone un audio más detallado sobre los detalles del Gran Cañón, su formación, sus características, primero en italiano y luego en español.

Hacemos algunas fotos y grabamos algo de vídeo, parte de ellas casi sin mirar, sobretodo el video, porque de lo que se trata es de disfrutar de este momento, no dedicarte a verlo por una pantallita. Os dejo algunas imágenes.

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Los bosques de Kaibab antes de llegar a Grand Canyon

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El río Colorado atravesando el Grand Canyon

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Nos comenta el piloto que no todo es malo debido al tiempo inestable que tenemos. Esta situación le obliga a realizar un recorrido algo más amplio y el vuelo durará unos 40 minutos, perfecto, no problem ¡¡. En fin, todo lo bueno se acaba, regresamos a la base, volvemos al coche y nos acercamos a comer a Tuyasan. Ya es tarde, son casi las 16:00, así que nos vamos a un Pizza Hut a reponer fuerzas.

Regresamos a Williams y nos vamos a dar una vuelta por el pueblo. Es un sitio encantador, no me importaría vivir aquí. Es pequeño, acogedor, tiene naturaleza a rebosar, buen ambiente y a pesar de las fechas, no se ve masificado. Básicamente la zona de más ambiente son dos calles paralelas (cada una de un sentido de circulación) de poco más de 1 km cada una. Compramos algunos recuerdos y cenamos, como teníamos pensado, en la terraza del Cruiser’s Route 66 Cafe, un magnifíco lugar, con música en directo (además nos dieron mesa en primera fila)  y unas hamburguesas buenísimas, creo que pedimos las Grilled Bacon Cheeseburger. La atención de los camareros perfecta, como siempre, el precio, para lo que ofrecen está bien, nos sale por unos 65 usd los cuatro. Por cierto, no sé si os lo había mencionado ya, pero estamos viendo como en los Estados Unidos, es mucho más habitual que tengan Pepsi que Coca-Cola, en los restaurantes. En parte será casualidad, pero sí que queda claro que su situación está mucho más equilibrada entre ambas, a diferencia de lo que pasa en España.

En fin, nos hubiéramos quedado mucho más rato escuchando al cantante con su guitarra, pero mañana de nuevo toca ponerse en ruta, así que vuelta al hotel que mañana llegamos a Las Vegas. Os dejo unas últimas fotos de Williams.

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¿Esto es maltrato animal????

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