Día 1: Barcelona – Moscú

Ya sé que estáis pensando qué pinta Moscú en la Ruta 66, pero lo cierto es que después de comprar nuestro billete de vuelta de Los Ángeles a Barcelona en una oferta de Norwegian Airlines en noviembre 2014, nos quedaba encontrar un buen precio para ida a Chicago. Tenía que ser entre unos días determinados de Agosto 2015, por lo que sería difícil encontrar otro chollo. Mirando, mirando, múltiples combinaciones además de los avisos diarios de Kayak y Skyscanner, al final nos dió un día por buscar vuelos desde otras capitales europeas a Chicago para después buscar un vuelo desde Barcelona a ésa ciudad. En una de estas, acabamos mirando Moscú y ¡sorpresa!, vuelo Moscú – Chicago por 100 € más tasas cada uno, que en total ascendió a unos 900 € los 4 billetes. La oferta era de S7 airlines http://www.s7.ru/ compañía aérea de Siberia, que al principio asusta, pero nada más lejos de la realidad. Nuestra experiencia ha sido muy positiva. Forman parte de Oneworld, y en este caso el vuelo era Moscu-Düsseldorf-Chicago. La primera parte operada por Air Berlín y la segunda por American Airlines, y todo perfecto. Para volar a Moscú compramos un billete Barcelona-Moscú con Vueling. Al final esta combinación extraña nos ahorraba unos 700 € sobre la más barata mirando directamente desde Barcelona, evidentemente no todo son ventajas, cada uno debe valorar qué le conviene más. En nuestro caso, los horarios de las combinaciones de Barcelona con Moscú nos obligaban, si no queríamos riesgos, a dormir una noche en Moscú pues la escala era de 24 horas, así que aprovechamos para sacarnos el visado de tránsito (mejor si puedes hacerlo directamente en el Consulado de Barcelona o Madrid, es más económico que si lo haces a traés de las empresas que ofrecen el servicio de tramitártelo), que te permite salir del aeropuerto y permanecer en Rusia 72 horas. Así haríamos un poco de turismo por la capital rusa y nos hacíamos una idea de ella sin tener que hacer un viaje a propósito en años venideros.

Nuestro vuelo llegaba al aeropuerto de Domodedovo sobre las 05:30 de la mañana. Dada la hora y que sólo íbamos a permanecer un día, decidimos coger un hotel lo más cerca posible del aeropuerto. Nos decidimos por el  Airhotel Domodedovo, que está a unos 500 m. del aeropuerto. Se puede ir perfectamente andando y tiene un autobús gratuito que hace el trayecto hotel-aeropuerto-hotel cada 15-20 minutos durante las 24 horas del día. El trato fue excelente, a pesar de que no podíamos entrar en la habitación antes de las 14:00 horas, nos dejaron entrar cuando llegamos sobre las 06:30 horas y sin ningún coste adicional. La habitación es normalita, pero para el propósito es más que suficiente.

airhotel domodedovo

Al llegar estábamos bastante cansados, así que lo primero fue dormir un poco. Después desayunamos en el hotel y volvimos al aeropuerto pues desde allí puedes tomar el tren Aeroexpress, que sale cada 30 minutos (ojo que de 12:00 a 13:00 se «saltan» las 12:30 horas), que en unos 40-45 minutos te deja muy cerca del centro de Moscú, concretamente en la estación de tren de Paveletsky. Allí puedes enlazar con el metro en la estación Paveletskaya (línea verde) y en dos paradas estás en la estación Teatralnaya, justo al lado del teatro Bolshói. Desde allí ya tienes señales indicativas que en 10 minutos caminando te llevan a la Plaza Roja.

La Plaza Roja es enorme, tiene unos 300 metros de longitud por 70 metros de ancho. En un lado quedan los bonitos Almacenes GUM, al otro lado queda el recinto amurallado del Kremlin y al fondo queda la hermosa Catedral de San Basilio. En el lado del Kremlin, tienes también el Mausoleo de Lenin. Dentro del Kremlin puedes visitar los palacios y catedrales del mismo, entre ellas por ejemplo la Catedral de la Anunciación y la Catedral del Arcángel Miguel. Para esta visita interior sí es necesario pagar una entrada. El acceso está en unos jardines que quedan en uno de los laterales del recinto amurallado, cerca del Museo Estatal de Historia de Rusia, en la zona opuesta a la Catedral de San Basilio. Dentro también están la enorme Campana de Iván el Grande y el gigante Cañón del Zar (Zar Pushka), estos rusos lo hacían todo a lo grande. Sobre las 18:00 horas nos volvimos hacía el hotel a cenar y descansar pues nos tocaba madrugar de nuevo para volar hacia los Estados Unidos. No me enrollo más, pues Moscú no es el objetivo de nuestro viaje, pero os dejo unas fotos de lo que pudimos ver.