Día 23: Los Ángeles

Bueno, hoy tenemos por delante nuestro primer día completo en Los Ángeles. Desayunamos en el hotel, pues el mismo está incluido, no es nada del otro mundo, similar al de algunos hoteles que hemos ido encontrando por el camino, varios tipos de pastas, salchichas, máquinas de café, zumo, leche, y una máquina para prepararte pancakes con forma de gofre.

Nuestra primera parada de hoy será el Observatorio Griffith, es una observatorio similar en ubicación a lo que podría ser el Observatorio Fabra en Barcelona, situado en una pequeña montaña en la serie de ellas que rodean a LA. Tanto la entrada como el parking son gratuitos, así que según las fechas intenta no llegar muy tarde, pues aunque hay bastante sitio, mejor evitar sorpresas. Desde aquí tienes unas magníficas vistas tanto de Los Ángeles y sus ciudades anexas, como del cartel de Hollywood. Hay mejores lugares para tomarte una foto con el cartel, os los explico dentro de poco. Las vistas de LA nos muestran su inmensidad y el efecto de la contaminación para una ciudad de unos 18 millones de habitantes incluyendo toda su área metropolitana. Se ve una ligera neblina que cubre todo el área, imagino que el clima y las fechas veraniegas intensifican algo su efecto.

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No tiene tantos rascacielos como Chicago. A la derecha del observatorio, en las colinas adyacentes, podemos ver algunas zonas de mansiones, quizás alguna estrella de Hollywood viva por ahí…

Dejamos la zona para buscar un mejor y más cercano lugar para fotografiar el letrero de Hollywood, se puede subir hasta el letrero, pero quedarías por la parte de detrás por lo que no tiene mucha gracia. Por los foros de losviajeros puedes encontrar diversas opciones. A nosotros nos pareció bien la opción del 3200 Lake Canyon Drive. Está en una curva prolongada junto a un pequeño parque, donde se unen Lake Canyon Drive y Mulholland Highway, si pones la dirección del 3200 Lake Canyon Dr en Google Maps verás en lugar. Se puede aparcar bien y verás más gente que ha tenido la misma idea, pero no está masificado.

Para llegar a la dirección tendrás que callejear entre calles pequeñas de las urbanizaciones, algunas que van saliendo a izquierda o derecha tienen el tráfico únicamente permitido para los vecinos, pero no tuvimos problemas, pusimos la dirección en el GPS y nos fue llevando por las calles correctas, menudas casitas que vas a ver cuando vayas buscando la dirección. Las fotos que os dejo están tomadas desde este lugar.

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Después nos dirigimos a nuestra visita contratada a los Warner Bros Studios. El Warner Bros Studio Tour nos pareció una buena actividad para hacer en Los Ángeles, sobretodo si te gusta el mundo del cine y las series de tv. Los estudios estàn situados en 3400 W. Riverside Dr., Burbank. Por decirlo de una forma más gráfica están detrás de la colina que tiene el letrero de Hollywood. Está cerca y se llega fácilmente, tienen un parking de pago que cuesta unos 10 usd, pero no tuvimos ningún problema para encontrar aparcamiento en los alrededores, a unos 200 metros. Además como habíamos reservado el tour en español a las 15:00 horas, aprovechamos para comer en un restaurante en los alrededores. Dependiendo del día de la semana que vayas hay entre 1 y 3 pases en español, nosotros cogimos el último, como he comentado el de las 15:00. El precio para los 4 fue de unos 213 €, actualmente creo que vale 62 usd los adultos y 52 usd los niños de 8-12 años. Yo busqué por internet poniendo «promotional code warner bros studio tour» o «discount code warner bros studio tour» para ver si encontraba algo y conseguí uno de 20 usd, es cuestión de ir mirando por si encuentras algo adicional, no sólo para esta atracción, también puedes probar con otras actividades, atracciones del viaje, nunca se sabe. Os dejo un enlace de ejemplo, que seguramente caducará o estará caducado, pero repito todo es probar código descuento WB Studio Tour.

Bien, antes de entrar en materia, vuelvo al tema de la comida. Antes de entrar comimos en un restaurante que se llama Claim Jumper, situado en W Olive Ave, en el cruce con W. Riverside Dr., a 50 metros de donde dejamos el coche y muy cerca de los estudios. Comimos muy bien, tenía pinta de caro cuando lo ves, pero está más o menos en línea con el resto, unos 75 usd los cuatro con su tarta de zanahoria de postre.

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Ahora sí, seguimos con los estudios, nuestro tour comienza a las 15:00 horas, recomendable estar unos 30 minutos antes por lo que pueda ser. Una vez pasas la taquilla donde enseñamos nuestras entradas adquiridas online, esperamos que nos avisen cuando llegue nuestro guía. Al poco llega Eddie, que va a ser quien nos acompañará por el recorrido, tenemos suerte y otro pequeño grupo que tenía la ruta a la misma hora no se presenta, así que, visita exclusiva para los cuatro ¡¡. El recorrido se hace en un coche eléctrico, similar al de los campos de golf, pero de un tamaño mayor, para unas 12-14 personas.

Voy a intentar no enrollarme con las explicaciones de los estudios, pues darían para mucho, así que lo dividiré en varios pequeños bloques. En primer lugar pasamos por unos decorados exteriores que utilizan para el rodaje de series y películas, vamos haciendo diferentes paradas. En una de ellas entramos en los decorados del bar Merlotte’s (ahora sólo queda montada la estructura), de la serie True Blood, la verdad es que los exteriores de rodaje se parecen a los zonas húmedas y de mucha vegetación de Louisiana, en apenas unos metros ha cambiado totalmente el paisaje.

A continuación nos dirigimos a la ciudad que tienen montada para rodar, en ella tienen distintos ambientes, tipología de edificios, para adaptarlos a lo que se tenga que grabar. Eddie nos va explicando que series o películas se han rodado en algunas de ellas. Muchas de ellas son sólo la estructura, dentro no hay nada.

Más adelante nos lleva a un edificio donde tienen un museo donde exhiben gran cantidad de material usado en el rodaje de las películas de Harry Potter y de las de Batman. Tienen todo tipo de trajes, objetos, tienen también todos los coches, motos de las películas de Batman, que por cierto dice Eddie que funcionan perfectamente y algunos de ellos alcanzan velocidades bastante considerables y de vez en cuando los sacan de paseo. Está muy bien, cuando llegas al museo, el guía deja que veas las dos plantas que hay por tu cuenta y quedas en que te espera en la puerta en 20-25 minutos. La parte de los vehículos está separada de la del resto, o sea que no está incluída en este tiempo, es suficiente para verlo. En la parte de Harry Potter, tienen un sombrero seleccionador, te lo pueden poner si quieres y te dirán a qué casa irás 🙂 en nuestro caso Ani y yo a Gryffindor, Eric a Hufflepuff y Paula a Slytherin (tan buena que parece… 🙂 )

Como he comentado la zona de trajes y objetos y la zona de los vehículos no están juntas, aquí os dejo alguna foto de los bólidos…

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Más adelante, vamos pasando entre los gigantescos edificios de los estudios de rodaje. En cada uno de ellos tienen una placa que indica que series y películas se han rodado en él. Un poco más adelante nos encontramos con alguna calle cortada, están rodando la serie de Supergirl.

A continuación pasamos por naves donde están construyendo decorados y después nos lleva a una de las inmensas naves donde tienen miles y miles de objetos que han utilizado y pueden utilizar para los rodajes. Hay de todo, lámparas, estatuas, uniformes, figuras, muebles, radios,…. Aquí, cuando el equipo de rodaje de una producción quiere usar algo, vienen como si fuera un supermercado, miran lo que hay y si quieren algo lo reservan para una serie de días en tal fecha. Incluso entre los diferentes estudios pueden prestarse entre ellos, es decir, puede venir alguien de Universal a alquilar articulos para su decorado y gente de una producción Warner puede ir a los de Universal. Hay algunos objetos que ya no se pueden alquilar porque ya tienen un valor histórico, como por ejemplo el piano de la película Casablanca. Es impresionante lo que tienen montado.

Por último, nos lleva a ver una zona donde ruedan la serie de The Big Bang Theory y una última donde tienen otra exposición de trajes, como los de las últimas películas de Superman, donde también puedes ver donde rodaban los episodios de la serie Friends, y donde también tienen otros objetos como la escoba de las pelis de Harry Potter por si te quieres subir y te graban con el fondo verde para luego superponer un fondo como si estuvieras volando. La verdad es que había bastante gente esperando y ya estábamos cansados, así que hicimos unas fotos, nos despedimos de Eddie y ya pasamos a la zona de la tienda.

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El decorado del bar de la serie Friends

Al volver hacia la zona del hotel, nos damos una vuelta por el barrio de Beverly Hills, todo muy bonito, muy bien cuidado. Unas casas de película nunca mejor dicho. Todo precioso y muy muy caro, seguro. No nos encontramos ningún famoso, pero si vemos algunos Ferrari, Lamborghini, Rolls,…

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Volvemos al hotel, disfrutamos un poco de la piscina y su jacuzzi, y como estamos cansados, para cenar decidimos buscar el teléfono de alguna pizzeria cercana para que nos las traiga a la habitación, que por hoy ya está bien.

Día 22: Barstow – Santa Mónica

Hoy iniciamos nuestro último día de ruta. La etapa de hoy es corta, unas 160 millas (257 km), para alcanzar la cifra de 3.840 millas (6.180 km), que no está nada mal. Ya sé que parece una barbaridad de km, y que estaremos destrozados después tantos días, pero lo cierto es que no se nos ha hecho nada pesado. Os dejo el mapa de hoy.

En primer punto de interés del día lo encontramos muy pronto en Elmer Long’s Bottle Tree Ranch, situado en Oro Grande, un poco antes de llegar a la población. Es una creación artística de Elmer Long, que consiste en unos 200 «árboles» hechos con botellas de multitud de formas y colores. Junto a los árboles, pueblan el lugar todo tipo de objetos, como letreros, señales de carretera, de ferrocarril,… Elmer Long comenzó en los años ochenta a realizar su obra, la entrada es gratuita, si quieres puedes dejar la voluntad.

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Unas pocas millas más y pasamos por Victorville, una población de unos 120.000 habitantes, tiene un museo de la Ruta 66, pero ya hemos visto varios así que le hacemos una foto al exterior y seguimos camino. Nos da un poco de miedo que nos encontremos un tráfico caótico al llegar a Los Ángeles, así que también esto influye en no entrar a más museos.

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Nos incorporamos a la I-15 durante unas 20 millas, se comienza a notar más tráfico. Aquí la carretera tiene más curvas, se trata de una zona de colinas, con algunas bajadas bastante pronunciadas. Nos teníamos que salir en la salida 129, pero como os he comentado la interestatal aquí es un poco compleja, se separan los 4 carriles de un sentido, los de un sentido se separan de los del sentido contrario bastante distancia, pero no pasa nada tomamos la siguiente salida y nos reincorporamos a la ruta.

Entramos en San Bernardino, capital del condado del mismo nombre. Con unos 213.000 habitantes, es la primera de las ciudades «satélite» de Los Ángeles. A partir de aquí ya no hay separación entre las poblaciones, todo es extrarradio de la gran urbe. Tiene casi 100 km de norte a sur y unos 50 km de este a oeste. En San Bernardino está el primer McDonald’s que se abrió, allá por los años 40. A pesar de nuestra mala experiencia en el único que hemos ido en todo el viaje, nos hacía ilusión verlo y comer allí, pero no somos capaces de encontrarlo.

El precio de la gasolina baja un poco al llegar a estas ciudades, se sitúa sobre los 4 usd por galón. Al ir siguiendo la ruta y no ir por las macroautopistas de la zona, es probable que tardemos más en llegar, pues vamos atravesando poblaciones unidas como Claremont, La Verne, Glendora, Pomona, Monrovia, Pasadena, con multitud de semáforos, pero la ventaja es que hay menos tráfico y vas viendo las casas y comercios de la zona.

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Finalmente y tras unas dos horas de calles y avenidas, llegamos al final. Pensaba que sería más complicado poder llegar al destino y encontrar al muelle de Santa Mónica, pero si sigues la ruta de la guía EZ66 no te perderás. De todas formas conviene guardarse tiempo para esta parte final, porque con el tráfico nunca se sabe.

En este recorrido final, cuando atraviesas el downtown de Pasadena, debes tomar la 110 y tomar la salida 24B «to Sunset Blvd», entonces sólo tienes que seguir por Sunset durante unas 3 millas y después coges Santa Mónica Blvd y ya hasta el final, que son unas 8-9 millas. Pasarás por los barrios de West Hollywood, Beverly Hills y West LA, hasta que entras en Santa Mónica, aunque como hemos dicho es difícil separar una zona de otra.

Lo mejor cuando llegues al final es que dejes el coche en el parking del Santa Mónica Pier, es mejor dejarlo en el que queda a la izquierda del muelle, mirando hacia el océano, no en el de la derecha que es para los que quieren dejar el coche media día o el día entero. Creo recordar que costaba 2 usd la hora. Para llegar a este parking casi mejor cuando te falten cinco o seis manzanas para llegar a Ocean Ave (la última avenida paralela al océano), puedes  girar a la izquierda, por ejemplo en Lincoln Blvd y dos o tres manzanas después giras a la derecha por Olympic Blvd, así ya estarás a la izquierda del Pier y bajas las cinco o seis manzanas que te queden. Aunque no sufras mucho, si no aciertas con la calle a la primera, sabes que estás muy cerca, das una vuelta y pruebas de nuevo.

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Este es el parking de la derecha, mejor deja el coche en el que está al otro lado del Pier

Una vez aparcas toca encontrar la placa conmemorativa, en homenaje a Will Rogers, que marca el final de la ruta. Se encuentra en el parque Palisades Park justo en Ocean Ave, al lado del Pier, en la intersección con Santa Mónica Blvd aproximadamente. El parque no tiene pérdida es como el paseo marítimo de cualquier ciudad, de hecho la foto de mi family que ves más arriba está hecha desde el parque, así que ya ves que está junto al muelle.

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Bueno, la Ruta 66 en sí, ha llegado a su fin. Han sido 3.840 millas de aventura, cada día ha sido una experiencia que jamás se borrará de nuestras mentes, de nuestros corazones. Ha valido totalmente la pena el ahorro, los años veraneando en casa y alrededores. Ya sea éste u otro, si es posible sacrificar ciertas cosas, creo que vale la pena vivir una aventura así o similar. Hay que valorar las posibilidades, ajustarte a tu presupuesto y sea por América, Asia, Europa, el poder disfrutar un viaje largo es una experiencia muy gratificante.

Pero bueno, esto todavía no ha acabado, nos quedan por explicar algunas cositas de este día y los dos días siguientes en Los Ángeles. Después de las fotos de rigor, nos vamos al muelle de Santa Mónica, aquí tienes varias tiendas de souvenirs, restaurantes y un pequeño parque de atracciones. En el tienes otra señal conmemorativa del final de la ruta, que por supuesto también merece su foto.

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A la entrada del muelle se encuentra el local, restaurante Bubba Gump Shrimp Co, en homenaje a la película de Forrest Gump, este restaurante recrea el negocio que iban abrir Bubba y Forrest con el negocio de las gambas. Por favor, por favor, guárdate unos dólares para comer en este restaurante, es más caro que los que hemos venido explicando, pero merece mucho la pena darse un homenaje como celebración del final de la ruta. El precio por persona puede oscilar entre los 25-35 usd, como es lógico el plato estrella son las gambas, preparadas de muy diversa forma. A mí me encantó el Scampi, un plato de pasta italiana con gambas, delicioso. Ani se pidió el Shrimp New Orleans, gambas, arroz y verduras con una salsa sureña algo picante.

El restaurante tiene fuera un banco y unas bambas gigantes donde metes los pies y parece que seas Forrest Gump. Dentro las mesas tienen un cartel que puedas girar, si lo dejas como «Run Forrest», el camarero no para y si quieres algo, le das la vuelta a «Stop Forrest» y cuando pase se parará, evidentemente también le puedes llamar como se ha hecho toda la vida…

Después de este atracón culinario, toca buscar nuestro hotel, el Best Western Royal Palace Inn & Suites, situado en Sepulveda Blvd, unas 5 millas hacia el interior, cerca de Santa Mónica Blvd, los hoteles junto a Ocean Drive son muy caros, así que conviene alejarse unas millas de la costa para encontrar un precio decente, en este caso 435 € por 3 noches. Cuesta casi como el de Chicago, pero el Kinzie Hotel de Chicago le da unas cuantas vueltas al angelino. El hotel está bien, tiene un salón en la habitación, pero calidad/precio, mucho mejor el de Chicago u otros que hemos encontrado por la ruta.

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Deshacemos el equipaje y nos vamos a dar una vuelta, hemos visto que había un cine como un km más arriba en Pico Blvd, que es una cosa que teníamos pendiente desde Amarillo, Texas, que estuvimos a punto de ir. Aquí es muuuucho más caro, en Amarillo eran unos 5 usd, aquí 13,50 usd por cabeza y tampoco era la bomba la sala, muy normalito. Vemos la peli de U.N.C.L.E., bastante entretenida por cierto. Cenamos en el mismo centro comercial y volvemos dando un paseo al hotel. Bueno, toca descansar y recuperar fuerzas, mañana toca patear, o mejor dicho «cochear» Los Ángeles, porque aquí sin coche es imposible moverse, el transporte público deja bastante que desear.

 

Día 21: Needles – Barstow

Hoy continuamos acercándonos a nuestro destino final, ya estamos en California, nuestro último estado. Por delante tenemos unas 180 millas (290 km) hasta llegar a Barstow. Os dejo el mapa de hoy.

Los paisajes siguen siendo muy desérticos, aunque hoy al menos nos hemos levantado con un poco menos de calor. Desayunamos a las afueras de Needles, en el Wagon Wheel otro de los recomendados de la guía, todo muy correcto.

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Seguimos ruta, algo más por la I-40 de lo que quisiéramos, pero es que nos encontramos unas obras y no tenemos más remedio. Tomamos una salida posterior para regresar a la ruta y bajar hacia el sur de la I-40. Seguimos en una zona donde hay que ir bien provistos de combustible, con todo el desierto que hay por aquí no es cuestión de quedarse tirado.

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Estamos atravesando una zona, entre Essex y Amboy, donde cientos de viajeros han escrito en el suelo al lado de la carretera, sus nombres, los de sus seres queridos, o los de sus ciudades, haciéndolos con piedras que cogen de los alrededores de la vía. Se ha convertido en una costumbre, que tiene sus ciertas dosis de peligro, pues te arriesgas a encontrarte con una serpiente, escorpión, …, que quiera hacerse tu amigo y digamos que el hospital más cercano, no está muy cercano…

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Pero bueno, ya sabéis como es mi mujer, toda una temeraria, así que se pone a buscar piedras porque ella no se iba a ir de aquí sin dejar su huella.

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Poco después de pasar Amboy, la ruta pasa junto al cráter que da nombre a la pequeña población. Es visible desde varias millas antes, no es muy grande pero contrasta su color con el resto del paisaje. El flujo de la lava ya solidificada puede apreciarse en varios puntos junto a la ruta, pasando por debajo, mezclada con el terreno arenoso de esta zona desértica.

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Llevamos ya unas 80 millas de nuestro día de ruta y unas millas más adelante pasamos por la población de Ludlow, regresando a la altura de la I-40. Continuamos cerca de la interestatal y próximo a Newberry Springs, entre las salidas 23 y 18, a medio camino de estas cinco millas, nos encontramos con el Bagdad Café conocido por la película del mismo nombre. Funciona como restaurante, pero a nosotros no nos pareció nada del otro mundo, no comimos aquí porque no habíamos leído buenas críticas, así que foto y poco más.

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Un poco más adelante nos encontramos con un paso a nivel, ya hemos cruzado varios pero hasta ahora no había coincidido que llegábamos cuando pasaba el tren, y como os podéis imaginar, con el tamaño de los trenes de aquí, nos toca esperar un ratito.

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Por esta zona hay varias bases militares de los marines, precisamente junto a una, se encuentra otro de los restaurantes míticos de esta ruta, el Peggy Sue’s 50’s Diner. Este es otro sitio de los que comerás muy bien, además de disfrutar de una decoración que te transportará 60 años al pasado. Además los precios acompañan y esto es algo de agradecer en varios de estos establecimientos típicos de la ruta, muchos han sabido mantener el encanto de la época, ofrecer una buena calidad en la comida y no abusar de su fama, manteniendo unos precios muy correctos, nada caros.

Para llegar a Peggy Sue’s, lo mejor es tomar la alternativa de la ruta que te lleva ver el pueblo fantasma de Calico, del que luego hablaremos. A la altura de la población de Daggett, gira a la derecha por Daggett Yermo Rd, dirigiéndote así hacia el norte. La base de los marines irá quedando a tu derecha y poco antes de cruzarte con la I-15, un poco a la derecha, al cruzar Yermo Rd, está Peggy Sue’s. No tiene pérdida pues al otro lado de la calle está la valla que rodea la base, y como por aquí no hay mucho bosque, se ve fácil.

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Lo que parecen calamares, son patatas fritas 🙂

Después de comer, volvemos de nuevo a Daggett Yermo Rd y seguimos hacia el norte. Esta misma carretera te lleva a Calico en un recorrido semicircular por encima de la I-15. Calico es un pueblo minero fantasma, convertido en atracción turística. El pueblo minero creció alrededor de las numerosas minas de plata de la zona hacia el 1880, pero su crecimiento fue fugaz, pues cuando unos 15-20 años el precio de la plata cayó en picado, el pueblo quedó abandonado. Hacia 1950 lo comanzaron a restaurar y hoy en día es una atracción donde puedes ver cómo era un típico pueblo minero de finales del siglo XIX. La entrada cuesta 8 usd adultos y 5 usd niños. Está bien, merece una visita, no se tarda mucho en ver, tiene un tren que hace un recorrido, pero no sirve la entrada, se paga aparte, y para mí el tren ya no vale la pena, con ver el pueblo es suficiente.

Después de ver Calico, retomamos la I-15, que en unas pocas millas nos lleva a Barstow, nuestro final de etapa de hoy. Nos alojamos en el California Inn, el hotel está bastante bien para el precio que tiene, 66€ la noche, con desayuno incluido. La piscina con su zona ajardinada está en muy buenas condiciones y la habitación es muy espaciosa y limpia.

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Después de dejar las cosas y darnos un baño, vamos a dar una vuelta. Barstow tiene unos 23.000 habitantes y debe su existencia al paso del ferrocarril por la zona. Cuenta también con un museo de la ruta 66, pero es menos conocido y más pequeño que los otros. Ya habíamos visto varios así que no fuimos a verlo. Tiene varios murales en algunas paredes y moteles antiguos por la población, uno que nos gustó era El Rancho. Además con tanta base militar cercana, tenía una oficina de reclutamiento en la avenida principal.

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Bueno, esto ha sido todo por hoy, compramos Domino’s Pizza y vuelta al hotel a cenar y descansar, que mañana iniciaremos nuestro último día de ruta de carretera. Luego nos quedarán unos días en Los Ángeles, que también os relataremos, pero lo que es la aventura de la Ruta 66 finaliza mañana.

Día 18: Williams – Las Vegas

Hoy tenemos por delante una jornada de 235 millas (unos 378 km), que nos llevarán a la gran ciudad de Las Vegas. La Ruta 66 como tal no pasa por Las Vegas, pero pasa tan cerca que la mayoría de los que hacemos la ruta, sea completa o parcialmente, le hacemos una visita. En nuestra ruta, el punto en el que abandonamos la ruta será la ciudad de Kingman, pero no nos perderemos ni una milla, pues a la vuelta de Las Vegas, volveremos a pasar por Kingman para retomarla. Os dejo el mapa de hoy.

Salimos de Williams, ponemos gasolina (llevamos 290 usd) y al cabo de unas 17 millas hacemos un pequeño desvío en la salida 146 para ver la pequeña población de Ash Fork, cuyo atractivo principal es el DeSoto’s Salon que merece una foto por el coche Desoto 1958 que tiene en el tejado del local.

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Volvemos a la I40 unas pocas millas y en la salida 139 iniciamos uno de los tramos más auténticos de la ruta. En este tramo la 66 se separa bastante de la I40. A unas 18 millas llegamos a Seligman, una pequeña población de unos 500 habitantes, pero que ha sabido mantener el encanto, la imagen que tendría hace unos 50 años. El pueblo es prácticamente la calle principal que lo atraviesa y poco más, y casi cada edificio está dedicado a un negocio que tenga que ver con la ruta. Viven de ello, así que aquí hay casi el mismo número de habitantes que de turistas. Hay muchos comercios, pequeños museos-tienda caseros. Es probable que os encontréis con muchos moteros que hacen toda o parte de la ruta. Aquí los recuerdos son más caros que en otras localidades que hemos ido encontrando a lo largo del camino, pero merece la pena parar y darse una vuelta a pie por el pueblo para verlo.

Continuamos, pasando por Peach Springs y Hackberry, unas 60 millas más de recorrido, los paisajes son más áridos, con más presencia de matorrales, el terreno es más abrupto, no hay tanta llanura. Pasado Hackberry, unas millas antes de Kingman, pasamos por un restaurante abandonado que tiene un Tiki, como los de la Isla de Pascua, justo al lado sale un camino que al principio tiene un montón de buzones de las casas que se pueden ver más adelante. Es un lugar para una buena foto, con todos los buzones en primer plano.

Sobre la milla 125 llegamos a Kingman, esta población de unos 29.000 habitantes, está situada estratégicamente casi al final del estado de Arizona, muy cerca de Nevada y también de California, es la última ciudad importante de Arizona. Desde aquí tomaremos nuestro desvío al norte, que nos llevará a Las Vegas y volveremos a pasar en un parde días para seguir la ruta.

Kingman tiene varios puntos de interés, lo bueno es que están todos juntos. Justo por donde pasa la ruta, está el Route 66 Museum, ubicado en el Powerhouse Visitor Center, un edificio histórico de 1907. Justo enfrente está Locomotive Park, un pequeño parque donde se encuentra la inmensa Santa Fe Locomotive 3759, una locomotora de los años 20 que te dejará impresionado por sus dimensiones, y justo a su lado se encuentra el restaurante donde vamos a comer hoy, Mr D’z Route 66 Diner, un precioso restaurante que conserva el encanto de los locales de los años 50, muy auténtico. En la cocina tienen un aviso para indicar que los platos están listos, muy parecido al silbato de una locomotora antigua. La comida está deliciosa y bien de precio, tomamos hamburguesa y pizzas. Cuando paséis por Kingman, no lo dudéis, tenéis que comer o desayunar aquí.

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Mientras estamos comiendo, cae un tormentón bastante fuerte, pero sólo dura unos 15 minutos, así que por suerte no nos pilla. En el parque y luego en el restaurante, nos encontramos con una familia china, que eran bastante chillones, no paraban de gritarse unos a otros, y además se metían todo el rato por medio cuando intentábamos hacer fotos a la locomotora. Cuando salimos de comer e íbamos hacia el coche, coincidimos que ellos también salían y seguían gritándose igual. En la carretera habían quedado unos cuantos charcos de grandes dimensiones, y claro, como no paraban de chillarse y no iban muy atentos de por donde iban, pasó un coche a gran velocidad por encima del charco y choooofff ¡¡¡, duchita gratis :). Ya sé que no está bien alegrarse de las desgracias ajenas, pero en esta ocasión, alguna risita se nos escapó 😉 ….

Volvemos a la carretera y tomamos el desvío hacia Las Vegas. Tomamos la I93 que en unas 100 millas nos llevará a nuestro destino. El paisaje se va haciendo más árido, ya no hay ni casi matorrales. Cuando faltan unas 25-30 millas para Las Vegas pasamos por la presa Hoover. Hoover Dam, la presa Hoover, data de los años 30. Sus dimensiones no son espectaculares, pero sus formas, su ubicación, hacen de ella un monumento que merece la pena ver. Ahora bien, a mi me impresionó más el puente de la I93 que pasa por encima que la propia presa. Para llegar Hoover Dam, debes dejar la I93 por una salida que hay poco después del puente que os comentaba. En un par de km llegaréis a la presa, primero hay unos parkings de pago, pero yo no pararía ahí, si sigues pasarás la presa y en un par de curvas tendrás varias zonas públicas donde dejar el coche. Hay varios tours para visitarla, con diversos precios entre unos 12-30 usd por persona según lo que veas. A nosotros no nos interesaba mucho pues preferíamos no llegar muy tarde a Las Vegas para poder tener más tiempo para la ciudad. Así que dejamos el coche en el parking público, dimos un pequeño paseo (no mucho pues el calor empezaba a ser insoportable) y unas fotos, y de vuelta a la ruta.

Y finalmente llegamos a nuestro destino, Las Vegas. Ya cuando te vas acercando, vas viendo los enormes hoteles del centro. Esta ciudad está en medio de la nada, parece increíble pues la cantidad de recursos energéticos, alimenticios,…que debe consumir no me los puedo ni imaginar. Tiene tantas curiosidades, por ejemplo el aeropuerto McCarran International Airport, el aeropuerto de la ciudad, está en el centro ¡¡. La ciudad tiene unos 600.000 habitantes, al preparar la ruta, dudábamos si entrar por South Las Vegas Boulevard, la avenida principal donde están la mayoría de hoteles, casinos, atracciones, pues era la que mejor nos venía para llegar al hotel. Nos daba un poco de respeto porque tenía varios carriles en cada sentido y podría tener mucho tráfico y no conocíamos la ciudad. Al final nos decidimos a entrar por ella y todo fue perfecto, había algo de tráfico, pero no más que cualquier día en Barcelona, y como ya hemos dicho, la gente conduce muy bien, así que llegamos al hotel sin problema.

Nuestro hotel era el The Carriage House, un hotel familiar en una calle paralela a S Las Vegas Boulevard, en el mismo centro, muy cerca de las fuentes del Bellagio. Toda esta zona del centro junto a la avenida, donde están los principales hoteles, atracciones, se la conoce como el Strip. Tuvimos muchas dudas sobre qué hotel reservar, hay muchos, enormes y muy bonitos. El que más nos gustaba era el Mandalay, que es el más alejado del centro, dentro de los más conocidos, pero nos decidimos por el Carriage porque al no tener casino era más tranquilo, además tenía cocina, lo que nos permitía ahorrarnos algo para poderlo gastar en otras cosas. Y estaba en el centro pero no era caro, unos 94€ la noche. Es justo decir que los otros como el Mandalay, el New York, el Luxor no eran mucho más caros, incluso algunos como el Excalibur tenían un precio prácticamente idéntico, pero el Excalibur tenía casino y unas 4.000 habitaciones, y no nos apetecía algo tan grande, cuestión de gustos.

The Carriage House es un buen hotel, tiene una piscina junto a la entrada en la que estuvimos prácticamente solos durante toda la estancia, pero antes del baño en la piscina, al llegar dejamos las cosas en la habitación y nos fuimos a ver La Casa de Empeños. Gold & Silver Pawn Shop es una casa de empeños que sale un un programa de televisión que igual habéis visto. Por la tele suelen dar dos, uno es de una casa de empeños de Detroit, donde son más bestias, y se insultan, se tratan mal entre ellos y los clientes. El que nosotros habían visto algunas veces por la tele era éste de Las Vegas, donde daban un mejor trato al cliente y explicaban algo más sobre los productos que las personas venían a empeñar o vender. está en la misma S Las Vegas Boulevard, así que no tiene pérdida. Sigues la avenida principal hasta un poco más allá del hotel Stratosphere Casino Tower, una enorme torre de 350 metros de altura, y te lo encontrarás en lado derecho de la avenida. Pensábamos que igual podríamos ver a alguno de los protagonistas del programa, pero imagino que ya se han hecho tan famosos y ricos que ya sólo van al negocio a grabar. El local es mucho más pequeño de lo que parece por la televisión, y no tenía muchos artículos, casi todo joyas, relojes y monedas, así que nos decepcionó un poco la visita.

Volvemos al hotel, nos bañamos en la piscina y salimos a comprar para preparar la cena. Hace un calor tremendo, ya cae el sol y si antes hacía unos 40ºC, ahora estaremos a unos 38ºC y así será toda la noche. Supongo que tanta construcción, tanto asfalto, tantas luces, neones, hacen que la temperatura no pueda bajar lo necesario para estar cómodos por la calle, el aire es bastante caliente. Bueno os dejo las últimas fotos del día, mañana llega el gran día, Boda en Las Vegas ¡¡

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Parece de verdad, eh?

 

Día 13: Chambers – Mexican Hat

Hoy abandonamos la Ruta 66 por unos días, para hacer un recorrido al norte de la misma. Cuando alguien se plantea un viaje como éste, creo que merece la pena valorar si puedes dedicar algún día más para ver otras cosas que estén cerca de la ruta, pues nunca sabes si podrás volver a pasar por ahí y hacer un viaje para ver expresamente tal parque nacional o tal pueblo, sería algo excesivamente caro.

En nuestra jornada de hoy, saliendo desde Chambers (Arizona), nos acercaremos primero a ver el Petrified Forest National Park, que nos queda muy cerca, a unas 20 millas. Después volveremos de nuevo a Chambers para tomar la 191, dirigirnos al norte y entrar en Utah y llegar a nuestro destino, el pequeño pueblo de Mexican Hat. Os dejo el mapa.

Desayunamos en hotel y salimos temprano, sobre las 08:00 horas, pues hoy tenemos unas 295 millas (474 km) por delante, una larga jornada. Nuestra primera para es el Petrified Forest National Park, que lo podríamos traducir como el Parque Nacional del Bosque Petrificado. Es un lugar realmente espectacular, y ésta va a ser una palabra que no me cansaré de repetir en los próximos días. Se trata de un fenómeno de la naturaleza que se ha ido formando a lo largo de más de 200 millones de años. Si no lo entendí mal, esta zona, hace millones de años cuando en la Tierra había un único continente, Pangea, era zona de grandes bosques y humedales. Con la fragmentación del continente, el cambio del clima y las características de este terreno, grandes cantidades de árboles quedaron sumergidos en toneladas de fango. La acción posterior del sílice de las aguas subterráneas fue provocando una fosilización de estos árboles y se fueron convirtiendo en cuarzo, pero conservando su forma de árbol. Con la erosión y la acción téctonica, estos troncos de árbol fosilizados fueron emergiendo a la superfície.

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Al principio se produjo un expolio general de esta zona, y durante muchos años desaparecieron muchos árboles fosilizados. A mediados del siglo XX por fin, se declaró parque nacional y se pudo acabar con el problema. Los troncos fosilizados siguen surgiendo, se cree que muchos más siguen enterrados y que irán saliendo con el paso del tiempo.

El parque tiene una extensión de 442 km², el precio de la entrada es de 10 usd por vehículo, aunque en nuestro caso, con el pase anual, es gratuito. Lo recorres con el coche por una carretera  de unas 28 millas que lo va atravesando y que te lleva por los diferentes punto de interés. Entre ellos cabe destacar Blue Mesa y Blue Forest, donde el efecto de la sedimentación y la erosión en las diferentes capas del terreno, han creado un paisaje que parece que estés en otro planeta. Puedes ver los restos de Puerco Pueblo, una aldea india del siglo XIII-XIV. En Newspaper Rock podrás admirar petroglifos, diseños simbólicos grabados en la roca, que datan de la época neolítica. Más adelante puedes ver Agata Bridge un gran tronco que se quedó de tal forma que parece un puente. Ha tenido que ser reforzado por el peligro de que pueda caer y evidentemente está prohibido subirse a él. Cerca tienes Jasper Forest y Crystal Forest, donde podrás ver la concentración más grande de estos árboles petrificados. Os dejo unas cuantas fotos que no sé si hacen justicia a la belleza del lugar.

Primero unas fotos desde la entrada al parque hasta Newspaper Rock.

Ahora unas de las zonas de Blue Forest y Blue Mesa, otro planeta.

Y para finalizar Agata Bridge, Jasper Forest y Crystal Forest.

Una vez llegamos a la otra punta del parque, no seguimos la ruta que habíamos pensado y que figura en el mapa adjunto, ya que uno de los guardas nos aconseja volver por el mismo parque y así ahorrar unas millas y tiempo, así que deshacemos camino a través del parque, pues es más corto que tomar la carretera que hay al final e ir a Holbrook para volver a Chambers. Si siguiéramos la ruta sí iríamos por ahí, pero como nos vamos hacia Utah, es mejor volver por el mismo parque. Os recomiendo dedicarle unas 3 horas al parque por lo menos, vale la pena. Volvemos a Chambers y como ya es hora de comer y el restaurante del hotel de la noche anterior estaba bien, comemos allí mismo.

Tomamos la 191 hacia el norte. Rectas, rectas y más rectas, cuento algunas de hasta 7 millas sin ninguna curva. Las distancias entre los pueblos son muy grandes, es buena idea llevar siempre el depósito entre lleno y medio lleno. Seguimos viendo muchos ranchos por la zona, pero son tan extensos, que apenas ves actividad o animales en su interior. Pasamos por Round Rock, una pequeña población con una bonita montaña rojiza, parecida a las de Monument Valley. Aún queda un buen rato hasta Mexican Hat, estamos sobre la milla 200.

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Unas 5 millas antes de llegar a nuestro destino en Mexican Hat, un desvío a la derecha conduce al Goosenecks State Park, un pequeño parque natural donde puedes tener unas espectaculares vistas sobre unos meandros del río San Juan. Es un parque estatal y no entra en el Anual Pass de los parques, pero son aproximadamente las 17:30 y en la garita no hay nadie y se puede pasar libremente. Creo que el coste son 5 usd por vehículo, así que aunque hubiéramos tenido que pagar, tampoco era tanto y realmente merece cada centavo.

Con algo más de 300 metros de profundidad, las vistas de estos meandros del río San Juan son increíbles, sobretodo si puedes verlos hacia el amanecer o el atardecer. No es lugar tan conocido, ni está tan cerca de una población más grande, como otros lugares de naturaleza de este país, eso ayuda a que no encuentres mucha gente en tu visita. Nosotros nos encontramos unas 15 personas más allí. Como se estaba muy bien, comenzaba a caer la tarde y ya estábamos casi en Mexican Hat, decidimos hacer un poco el «cabra», una especialidad de Ani, y por un caminillo por llamarlo de alguna manera, bajamos unos 50 metros de altura, para tener unas vistas más cercanas del río. No fuimos tampoco imprudentes, conocemos nuestras limitaciones, un grupito de italianos que había sí que se jugaron más la vida y se acercaron al borde peligrosamente.

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Volvemos al camino y aproximadamente una milla antes de llegar al pueblo, se encuentra Mexican Hat, la roca que da nombre a este lugar, y que con forma de sombrero mejicano, se encuentra suspendida encima de una pequeño montículo de piedra.

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Finalmente llegamos a nuestro destino Mexican Hat, un pueblo de 3 casas, 3 moteles y una gasolinera. Nuestro motel es el Mexican Hat Lodge, por fuera no tiene una pinta especialmente bonita, pero lo cierto es que está muy bien. Nuestra habitación, la nº8 era amplia, cómoda y limpia y el restaurante es muy especial. Tiene su música country de fondo, cenas al aire libre en la terraza, patio del motel. Todo el menú, como es lógico son carnes, que las hacen en una parrilla muy curiosa porque es basculante, es como un columpio donde ponen la carne y el pan y la parrilla va pasando como un columpio por encima del fuego para hacerse.

El precio, tanto del motel, como de la cena, están por encima de la media que venimos haciendo, pero por un lado, por aquí no tienes mucho donde escoger para alojarte y por otro, merece la pena, la carne estaba de muerrrrte. Nos pedimos un ribeye steak, (como un filete de la zona del costillar) de unas 20 onzas, que estaba tiernísimo. venía acompañado de beans (judías), ensalada y una tostada de pan. Los niños prefirieron el mismo plato pero con hamburguesa, que también era bastante grande.

Cenando nos encontramos con unos catalanes, que venían haciendo la ruta al revés desde Los Ángeles, pero que aquí se volvían y bajaban a San Diego. Por el motel tenían varios bebederos, por llamarlos de alguna forma, donde debían tener algún tipo de néctar dulce, donde los colibrís se acercaban a beber. En verano es una hora más tarde en Utah que en Arizona, así que ya era tarde y nos fuimos a dormir, mañana cuando volvamos a Arizona, ya la recuperaremos. Os dejo con unas últimas fotos del motel y nuestra supercena.

Día 8: Claremore – Clinton

Hoy tenemos por delante una jornada de unas 230 millas (370 km), íntegramente por las tierras de Oklahoma. Nuestro hotel incluía el desayuno, algo bastante común en algunas de las cadenas de hoteles sencillos que surcan los Estados Unidos. No esperéis nada del otro mundo, leche, café, zumos de concentrado de fruta, algunas pastas, tostadas y waffles o pancakes (te los haces tú mismo con una pasta que pones en un molde), pero bueno es más que suficiente para llegar hasta la hora de la comida. Os dejo el mapa de la ruta de hoy.

Salimos temprano, sobre las 08:15, pues en nuestro destino, Clinton, hay un museo de la ruta y no queremos llegar tarde (cierra a las 18:00-19:00 según la época del año) y que no nos de tiempo a verlo.

Nuestra primera parada de hoy es en la Blue Whale que se encuentra en Catoosa. Se trata de una construcción recreativa con forma de ballena, creada a principios de los 70 por Hugh S. Davis como regalo de aniversario para su esposa. La ballena tiene unos pequeños toboganes acuáticos que sale de su interior y van a parar al pequeño lago que hay. En su día los habitantes de los alrededores venían a bañarse, hacer picnic en la zona, pero hoy en día Blue Whale, aunque se ve en buen estado, no es suficiente para que la gente se esté diviertiendo en ella, pero puedes entrar a verla por dentro. La entrada es gratuita.

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A medida que nos vamos internando en Oklahoma, los paisajes van perdiendo buena parte de sus ondulaciones, comienzan a ser más frecuentes las llanuras, los pastos para las muchas granjas de vacas, ranchos, de la zona. Cuando pasamos junto a las casas que quedan a pie de carretera, podemos en alguna de ellas, ver los refugios para tornados, pues Oklahoma es uno de los estados que más los sufren.

Sobre la milla 30 pasamos por Tulsa, posiblemente la segunda ciudad más grande de Oklahoma, decidimos no parar pues tampoco hay nada que nos llame especialmente la atención. Llegamos a la milla 88 y paramos en las poblaciones Stroud y Chandler, para fotografiar un par de moteles el Skyliner Motel (Stroud) y el Lincoln Motel (Chandler), son moteles históricos de la ruta, como el de Lebanon que dormimos hace un par de noches.

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Lincoln Motel

Unas 30 millas más y llegamos a Arcadia y visitamos el granero Round Barn construído a finales del siglo XIX, su particularidad es la forma circular que tiene, es muy bonito, la ruta pasa por delante, no tiene pérdida, y una vez visto, para nosotros no hay duda de que es una de las paradas obligatorias de la ruta. El granero tiene dos plantas, arriba estaría el granero y abajo está habilitado el museo y la tienda. Os recomiendo entrar primero abajo, y espero que tengáis la misma suerte que tuvimos nosotros de que Bill, uno de los que ayudó en su restauración, os lo enseñe y os explique su historia. Bill es un señor de 89 años con una vitalidad tremenda que ya querríamos muchos de nosotros a nuestra edad actual. Te explica con pasión la historia del granero, de cómo jugaba en él de joven de cómo estaba abandonado y medio derruído y cuando parte del techo cayó en los años 80 y entonces un pequeño grupo de voluntarios de la población, entre los que se encontraban él y su esposa, lo restauraron por completo. Nos dice que desgraciadamente para él, su esposa había fallecido en el mes de Abril de 2015, pero que él seguía activamente en el Round Barn para poder mostrar a todo el mundo su pequeña obra de arte.

La parte superior ahora restaurada, la alquilan para fiestas de cumpleaños, aniversarios, para fiestas locales, sin abusar del número de eventos. De todas formas la gente que lo pueda alquilar son vecinos que conocen la historia y son siempre muy respetuosos con este monumento. Cuando estábamos viendo esta planta de arriba, junto con un matrimonio alemán de Munich, Bill se arrancó a enseñarnos cómo se baila por esta zona, así que el hombre sacó a bailar a Ani, a Paula y a la señora alemana, una situación algo embarazosa para ellas, pero muy divertida para nosotros… 🙂


A unos 300 metros más adelante del Round Barn, nos encontramos con el POPS un restaurante, tienda y gasolinera, que destaca por tener una botella gigante de soda en el exterior de unos 20 metros de altura. Dentro puedes comprar sodas de cualquier sabor que puedas imaginar.

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Continuamos camino y pasamos por la capital del estado, Oklahoma City, no hacemos ninguna parada y seguimos hasta llegar a El Reno (no confundir con Reno, Nevada, ciudad de multitud de casinos). Aquí nos detenemos pues es la hora de comer. Nos ayudamos de nuestra magnífica guía y nos sugiere que vayamos a Robert’s Grill por sus deliciosas hamburguesas. Cuando llegamos al restaurante y lo vemos por fuera pensamos, ¿pero qué tugurio es este?, yo ahí no entro, y cuando abres la puerta y ves un local enano, sin mesas, sólo una barra con 10-15 taburetes y varios vaqueros en su interior, piensas, mejor me doy la vuelta. Pero no ¡¡, hemos venido a vivir una aventura, a conocer la América profunda, real, así que p’adentro.

¿Cuál fue la experiencia?, pues unas hamburguesas buenísimas, un local muy familiar llevado por el padre y sus dos hijos adolescentes, con los estuvimos conversando sobre nuestro viaje, nos dieron algunos consejos. Hablamos también sobre el instituto con sus hijos, que ellos acaban antes sobre el mes de Mayo, pero empiezan también antes, en Agosto. En fin, como suele decirse las apariencias engañan y si venís por aquí y os pilla bien de hora, no dejéis de comer sus deliciosas hamburguesas dobles con cebolla (añade queso o bacon al gusto). Puedes ver como te la prepara en el mismo momento, cogiendo un puñado de carne picada, la pone en la plancha, la chafa un poco, le pone la cebolla por encima y la aplasta más hasta darle la forma de hamburguesa irregular. Para hacer el bacon, lo ponía en la plancha, pero luego le ponía otra plancha como las de planchar la ropa encima, para hacer los dos lados a la vez y que no se curvase.

Seguimos camino, las carreteras se hacen rectas, y más rectas, llanuras a un y otro lado, y la tierra tiene un color rojizo. Cuando pasamos junto a ranchos, algunos son tan inmensos que no ves animales, y si los ves, tienen tanto espacio para ellos que cada uno va a su bola.

Finalmente llegamos a Clinton, nuestro destino, dejamos las cosas en el hotel y nos vamos a ver el museo Oklahoma Route 66 Museum tanto el museo, como la tienda de souvenirs que tiene están muy bien, es un buen sitio para comprar algunos. En muchos de los museos o tiendas encuentras entre otros souvenirs, matrículas de vehículos de los diferentes estados. Me gustan, así que creo que durante el viaje iré cogiendo alguna. El museo cuesta 5 usd los adultos, 1 usd los niños.

Volvemos al hotel, Days Inn Clinton un hotel sencillo pero bien para una noche, de la cadena Days Inn. Hoy toca lavandería, pues no hemos puesto ninguna desde que salimos y tampoco era cuestión de traerse tropocientas prendas de ropa. Para un viaje de tantos días, mejor traer ropa para 7-8 días y vas poniendo lavadoras y secadoras por el camino. Son económicas y son bastante rápidas, en el mismo hotel pueden venderte jabón y suavizante (normalmente) además la ropa quedaba bastante bien. Para cenar hoy Pizza Hut, que no lo habíamos probado todavía. Ahora a dormir, mañana entraremos en Texas.

Día 5: Chicago – Springfield

Hoy comenzamos nuestra ruta con una etapa de 206 millas (331 km) que nos llevará desde Chicago a Springfield (Illinois), especifico el estado porque en Estados Unidos hay muchos Springfield. Abandonamos con mucha penita nuestro hotel en la ciudad, dudando que encontremos alguno mejor en nuestra ruta, y nos dirigimos al lugar de recogida del coche. Está situado en el 203 N LaSalle St, muy cerca de nuestro hotel y también es perfecto para tomar la dirección correcta siguiendo la Ruta 66 dentro de las calles de Chicago. En el mismo local «conviven» varias compañías como National Car, Alamo,… La reserva que hicimos a través de www.drive-usa.de era con National Car, así que nos dirigimos a su mostrador y todo fue bien y rápido, en unos 20 minutos ya estábamos listos. Habíamos reservado un todo terreno Mid-Size, tamaño medio, cuando bajamos al garage el coche que nos habían asignado era un Nissan Rogue, lo que aquí sería un Nissan Qashqai, evidentemente automático que es lo normal en este país. Teníamos dudas si nos cabrían las maletas, pero no hubo problema, el maletero es bastante espacioso.

Os dejo la ruta realizada con My Maps de Google Maps, espero que funcione para que lo veáis bien, he editado la entrada para incluirlo pues ayer no acertaba cómo hacerlo. Por favor si no funciona hacédmelo saber por los comentarios.

Salir de Chicago siguiendo la Ruta 66 es sencillo, las indicaciones que figuran en la guía EZ66 que os había comentado son muy precisas y trasladadas a la aplicación Maps.me del Ipad, hacen que trabajando con ambas, sea muy fácil seguirla. Como había sido yo el que se había empollado cada una de las etapas, creo que va a ser Ani la que conduzca la mayor parte del camino. Adiós Chicago, te echaremos de menos.

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La conducción es sencilla, no sólo por el vehículo automático, principalmente porque la gente es muy respetuosa con las señales, la velocidad, las preferencias de paso. No existe el ceda el paso como lo conocemos en España, si llegas a un cruce donde no hay stops, siempre tiene preferencia el que llega primero, y aunque tú te pares porque llegas primero pero te piensas que como en España, el otro vehículo tiene preferencia, da igual, el otro conductor se paraba y esperaba a que tú pasaras para pasar él. Otra particularidad son los semáforos, la mayoría están situados al otro lado del cruce, tú te detienes igual en tu lado, pero el semáforo lo tienes enfrente, no encima o a tu lado. Además en el propio semáforo muchas veces tienes un cartel con el nombre de la calle que cruzas, lo que ayuda bastante a tu navegación.

Los primeros paisajes del estado de Illinois nos muestran casas con jardines en perfecto estado, incluso casas muy sencillas, tienen unos jardines preciosos. Muchas casas no tienen valla ni con el vecino ni con la carretera, algo que en España es bastante impensable. Todo es muy llano, hay campos y campos enormes de maíz. Para seguir la Ruta 66 no tenemos ningún problema, además de nuestra superguía y mapas, cada cierta distancia sueles tener un letrero que te indica que te encuentras en la Historic Route 66, o que gires a izquierda, o derecha para seguirla.

A su paso por Elwood, la Ruta 66 pasa por el cementerio de veteranos Abraham Lincoln, nos decidimos a entrar a echar un vistazo, con mucho respeto pues tenían la bandera a media asta y probablemente estuvieran haciendo alguna ceremonia, hacemos un par de fotos desde la distancia y volvemos a la ruta.

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Sobre la milla 55 de nuestro recorrido de hoy, llegamos a Wilmington, en esta población encontramos el primero de los tres gigantes que podemos ver en este comienzo de la ruta. Son tres figuras gigantes, hombres anuncio, que se hicieron típicos a partir de los 60. El primero es el Gemini Giant que se construyó para promocionar un restaurante. está al lado de un restaurante ya abandonado, dejamos el coche al lado, junto a un coche de policía que debe estar escondido para pillar a algún Lewis Hamilton del asfalto. Ani se quería hacer una foto junto al coche de policía, pero la convenzo de que mejor que no, no vaya a ser que acabemos nuestro primer día de ruta en chirona.

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Nuestro bólido

Seguimos nuestra ruta (necesito una mesita para el puesto de copiloto, llevo más trastos, que el copiloto de un rally), es muy típico encontrarnos con casas de compraventa de vehículos usados, muchos de ellos como los que vemos en las películas con el precio bien visible en el parabrisas. También vemos la habitual imagen de, al llegar a la entrada de un pueblo, ciudad, encontrarnos un letrero que indica el nombre del pueblo y el número de habitantes. Muchas de estas poblaciones tienen un depósito elevado de agua, en el que suelen escribir su nombre, así es más fácil saber donde te encuentras.

En Dwight hacemos nuestra parada en la primera de las gasolineras históricas de la Ruta 66, son muchas las que nos vamos a encontrar. En ésta gasolinera Texaco (Ambler’s Texaco) nos encontramos con Charles, que muy amablemente nos explica su historia, incluso le dice a Ani que se suba a su coche de bomberos de 1914 para hacerse unas fotos. Nos pregunta de dónde venimos y que por favor escribamos en el libro de la gasolinera nuestros nombres y nuestro lugar de procedencia. vemos que hoy ya han pasado 5-6 personas, entre ellos uno de Madrid.

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Nuestra siguiente parada es en Odell, aproximadamente en la milla 85 de nuestra ruta de hoy. Aquí podemos ver otra gasolinera histórica, la Standard Oil Gas Station.

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Volvemos a la ruta para llegar a Pontiac (milla 95), aquí vamos a visitar nuestro primer museo de los varios que puedes ver a lo largo del recorrido. Este es gratuito y dejas algún dólar si quieres, para ayudarles en el mantenimiento y conservación. Esta población también tiene varios murales en la zona alrededor del museo. Merece la pena dejar el coche cerca del museo dedicarle aunque sea unos pocos minutos a pasear por los alrededores del museo. Dentro del mismo, podemos encontrar objetos de todo tipo, la historia de la ruta y además varios espacios destinados a mostrar uniformes de la 2ª Guera Mundial, de Vietnam, donados por familiares de los soldados. También espacios que nos muestran imágenes, escenarios de la vida cotidiana de los años 40-50.

Ya es la hora de comer, así que vamos a uno de los que recomienda nuestra guía EZ66, Old Log Cabin situado también en Pontiac, para variar tomamos hamburguesas, muy ricas.

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Con el estómago lleno, continuamos camino pasando por más y más campos de maíz, más carreteras con la vegetación de los arcenes y las medianas perfectamente cuidados. Muchos de los propietarios de estas casas a pie de carretera que vemos, tienen su macrocortadora de césped, casi del tamaño de un tractor, para tenerlo todo siempre perfecto. Llegando a Atlanta, pasamos por una Universidad y varias casas de hermandades, las típicas de las películas con sus letras griegas en la entrada. En Atlanta llegamos al segundo de las figuras gigantes de Illinois,el Bunyon’s Statue junto a la misma tienes una pequeña atracción de las de golpear con un martillo para hacer subir una pieza y conseguir que toque la campana. Muy difícil, creo que Ani ha sido la más fuerte, así que cuidado, no os metáis con ella…

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Giant Abe Lincoln, en Lincoln (Illinois)

Ya nos acercamos a Springfield, y en sus afueras, nos encontramos con el cementerio donde está la tumba de Abraham Lincoln, merece la pena dejar el coche en la entrada y acercarse caminando hasta su tumba, mausoleo. está cerca de la entrada y no te llevara más de 15-20 minutos. El cementerio está muy bien cuidado, con árboles enormes y vimos algunas ardillas correteando.

Entramos en la ciudad para ver el Capitolio de la ciudad (Old State Capitol) y después de la pequeña parada, nos dirigimos a nuestro hotel, Route 66 Hotel uno de los típicos de la ruta. La decoración de los pasillos está muy bien, pero lo cierto es que al menos la habitación que nos tocó a nosotros dejaba bastante que desear. Al menos resultó ser al final, la peor que nos vamos a encontrar en nuestro viaje. Quizás fue mala suerte, pero olía bastante a humedad y era muy oscura, en un pasillo en la planta baja. Más bien parecía un local reciclado pues la pared que daba al pasillo era de cristal y luego con una cortina gruesa interior, podías conseguir que no te viera la gente al pasar. Nos bañamos un poco en la piscina que tiene el hotel, con el logo de la ruta dibujado en el fondo. Para cenar, y por primera vez desde que estamos en Estados Unidos, vamos a un McDonald’s. ¡Qué decepción!, pedimos el equivalente a nuestro McPollo y el panecillo estaba bastante peor para nuestro gusto, estaba hecho con mucha mantequilla y no tenía las semillas de sésamo por encima que tiene el de España. Parecía un Bollycao. En fin, creo que este ha sido nuestro primer y último McDonald’s de la ruta. Volvemos al hotel y descansar, que el día ha sido duro. Unas últimas fotos para terminar la entrada de hoy.

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Old State Capitol

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Pasillo del hotel

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Exterior del Route 66 Hotel