Día 13: Chambers – Mexican Hat

Hoy abandonamos la Ruta 66 por unos días, para hacer un recorrido al norte de la misma. Cuando alguien se plantea un viaje como éste, creo que merece la pena valorar si puedes dedicar algún día más para ver otras cosas que estén cerca de la ruta, pues nunca sabes si podrás volver a pasar por ahí y hacer un viaje para ver expresamente tal parque nacional o tal pueblo, sería algo excesivamente caro.

En nuestra jornada de hoy, saliendo desde Chambers (Arizona), nos acercaremos primero a ver el Petrified Forest National Park, que nos queda muy cerca, a unas 20 millas. Después volveremos de nuevo a Chambers para tomar la 191, dirigirnos al norte y entrar en Utah y llegar a nuestro destino, el pequeño pueblo de Mexican Hat. Os dejo el mapa.

Desayunamos en hotel y salimos temprano, sobre las 08:00 horas, pues hoy tenemos unas 295 millas (474 km) por delante, una larga jornada. Nuestra primera para es el Petrified Forest National Park, que lo podríamos traducir como el Parque Nacional del Bosque Petrificado. Es un lugar realmente espectacular, y ésta va a ser una palabra que no me cansaré de repetir en los próximos días. Se trata de un fenómeno de la naturaleza que se ha ido formando a lo largo de más de 200 millones de años. Si no lo entendí mal, esta zona, hace millones de años cuando en la Tierra había un único continente, Pangea, era zona de grandes bosques y humedales. Con la fragmentación del continente, el cambio del clima y las características de este terreno, grandes cantidades de árboles quedaron sumergidos en toneladas de fango. La acción posterior del sílice de las aguas subterráneas fue provocando una fosilización de estos árboles y se fueron convirtiendo en cuarzo, pero conservando su forma de árbol. Con la erosión y la acción téctonica, estos troncos de árbol fosilizados fueron emergiendo a la superfície.

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Al principio se produjo un expolio general de esta zona, y durante muchos años desaparecieron muchos árboles fosilizados. A mediados del siglo XX por fin, se declaró parque nacional y se pudo acabar con el problema. Los troncos fosilizados siguen surgiendo, se cree que muchos más siguen enterrados y que irán saliendo con el paso del tiempo.

El parque tiene una extensión de 442 km², el precio de la entrada es de 10 usd por vehículo, aunque en nuestro caso, con el pase anual, es gratuito. Lo recorres con el coche por una carretera  de unas 28 millas que lo va atravesando y que te lleva por los diferentes punto de interés. Entre ellos cabe destacar Blue Mesa y Blue Forest, donde el efecto de la sedimentación y la erosión en las diferentes capas del terreno, han creado un paisaje que parece que estés en otro planeta. Puedes ver los restos de Puerco Pueblo, una aldea india del siglo XIII-XIV. En Newspaper Rock podrás admirar petroglifos, diseños simbólicos grabados en la roca, que datan de la época neolítica. Más adelante puedes ver Agata Bridge un gran tronco que se quedó de tal forma que parece un puente. Ha tenido que ser reforzado por el peligro de que pueda caer y evidentemente está prohibido subirse a él. Cerca tienes Jasper Forest y Crystal Forest, donde podrás ver la concentración más grande de estos árboles petrificados. Os dejo unas cuantas fotos que no sé si hacen justicia a la belleza del lugar.

Primero unas fotos desde la entrada al parque hasta Newspaper Rock.

Ahora unas de las zonas de Blue Forest y Blue Mesa, otro planeta.

Y para finalizar Agata Bridge, Jasper Forest y Crystal Forest.

Una vez llegamos a la otra punta del parque, no seguimos la ruta que habíamos pensado y que figura en el mapa adjunto, ya que uno de los guardas nos aconseja volver por el mismo parque y así ahorrar unas millas y tiempo, así que deshacemos camino a través del parque, pues es más corto que tomar la carretera que hay al final e ir a Holbrook para volver a Chambers. Si siguiéramos la ruta sí iríamos por ahí, pero como nos vamos hacia Utah, es mejor volver por el mismo parque. Os recomiendo dedicarle unas 3 horas al parque por lo menos, vale la pena. Volvemos a Chambers y como ya es hora de comer y el restaurante del hotel de la noche anterior estaba bien, comemos allí mismo.

Tomamos la 191 hacia el norte. Rectas, rectas y más rectas, cuento algunas de hasta 7 millas sin ninguna curva. Las distancias entre los pueblos son muy grandes, es buena idea llevar siempre el depósito entre lleno y medio lleno. Seguimos viendo muchos ranchos por la zona, pero son tan extensos, que apenas ves actividad o animales en su interior. Pasamos por Round Rock, una pequeña población con una bonita montaña rojiza, parecida a las de Monument Valley. Aún queda un buen rato hasta Mexican Hat, estamos sobre la milla 200.

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Unas 5 millas antes de llegar a nuestro destino en Mexican Hat, un desvío a la derecha conduce al Goosenecks State Park, un pequeño parque natural donde puedes tener unas espectaculares vistas sobre unos meandros del río San Juan. Es un parque estatal y no entra en el Anual Pass de los parques, pero son aproximadamente las 17:30 y en la garita no hay nadie y se puede pasar libremente. Creo que el coste son 5 usd por vehículo, así que aunque hubiéramos tenido que pagar, tampoco era tanto y realmente merece cada centavo.

Con algo más de 300 metros de profundidad, las vistas de estos meandros del río San Juan son increíbles, sobretodo si puedes verlos hacia el amanecer o el atardecer. No es lugar tan conocido, ni está tan cerca de una población más grande, como otros lugares de naturaleza de este país, eso ayuda a que no encuentres mucha gente en tu visita. Nosotros nos encontramos unas 15 personas más allí. Como se estaba muy bien, comenzaba a caer la tarde y ya estábamos casi en Mexican Hat, decidimos hacer un poco el «cabra», una especialidad de Ani, y por un caminillo por llamarlo de alguna manera, bajamos unos 50 metros de altura, para tener unas vistas más cercanas del río. No fuimos tampoco imprudentes, conocemos nuestras limitaciones, un grupito de italianos que había sí que se jugaron más la vida y se acercaron al borde peligrosamente.

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Volvemos al camino y aproximadamente una milla antes de llegar al pueblo, se encuentra Mexican Hat, la roca que da nombre a este lugar, y que con forma de sombrero mejicano, se encuentra suspendida encima de una pequeño montículo de piedra.

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Finalmente llegamos a nuestro destino Mexican Hat, un pueblo de 3 casas, 3 moteles y una gasolinera. Nuestro motel es el Mexican Hat Lodge, por fuera no tiene una pinta especialmente bonita, pero lo cierto es que está muy bien. Nuestra habitación, la nº8 era amplia, cómoda y limpia y el restaurante es muy especial. Tiene su música country de fondo, cenas al aire libre en la terraza, patio del motel. Todo el menú, como es lógico son carnes, que las hacen en una parrilla muy curiosa porque es basculante, es como un columpio donde ponen la carne y el pan y la parrilla va pasando como un columpio por encima del fuego para hacerse.

El precio, tanto del motel, como de la cena, están por encima de la media que venimos haciendo, pero por un lado, por aquí no tienes mucho donde escoger para alojarte y por otro, merece la pena, la carne estaba de muerrrrte. Nos pedimos un ribeye steak, (como un filete de la zona del costillar) de unas 20 onzas, que estaba tiernísimo. venía acompañado de beans (judías), ensalada y una tostada de pan. Los niños prefirieron el mismo plato pero con hamburguesa, que también era bastante grande.

Cenando nos encontramos con unos catalanes, que venían haciendo la ruta al revés desde Los Ángeles, pero que aquí se volvían y bajaban a San Diego. Por el motel tenían varios bebederos, por llamarlos de alguna forma, donde debían tener algún tipo de néctar dulce, donde los colibrís se acercaban a beber. En verano es una hora más tarde en Utah que en Arizona, así que ya era tarde y nos fuimos a dormir, mañana cuando volvamos a Arizona, ya la recuperaremos. Os dejo con unas últimas fotos del motel y nuestra supercena.

Día 12: Santa Fe – Chambers

Hoy el día nos llevará desde Santa Fe a Chambers, son 275 millas (442 km) y entrando ya en un nuevo estado, Arizona. Cuando estábamos preparando la ruta, esta jornada fue la que nos llevó más tiempo decidir dónde parábamos esta noche. Gallup en New Mexico, es más conocido y más habitual como parada, pero nos quedaba más lejos para afrontar el día siguiente, y la otra opción, Holbrook (Arizona) también lugar más habitual de parada, suponía hacer demasiadas millas para la jornada actual. Así que buscábamos un lugar intermedio, cercano al Petrified Forest National Park, y al final fue Chambers, un pueblecito por llamarlo de alguna forma, de 1.400 habitantes, pero totalmente desperdigados por todo su extenso territorio, de hecho si hay pueblo como tal, nosotros no lo vimos. Os dejo el mapa de la jornada.

Salimos de Santa Fe sobre las 08:15, aunque es Agosto hace algo de fresquillo, hay que recordar que aunque la zona sea semidesértica, estamos a algo más de 2.000 metros sobre el nivel del mar. Nuestra primera parada del día es en la ciudad de Albuquerque. Esta ciudad, de algo más de medio millón de habitantes, es la más poblada de New Mexico, pero como ya comentamos, no es la capital, que es Santa Fe. Los que hayáis visto la serie Breaking Bad, recordaréis que esta es la ciudad donde se desarrolla, así que nos dirigimos a ver un par de lugares del rodaje, que no queda muy lejos de la ruta a su paso por Albuquerque. Uno es como no, la casa de Walter White, nuestro «inocente» profesor. Está en una zona residencial y el propietario se ve que está un poco harto de la cantidad de gente que pasa por allí y se dedica a recrear una escena en la que una pizza acaba en el tejado de la casa. Así que tiene varios carteles avisando de que es una propiedad privada, que respetes su casa, además tiene varias cámaras de seguridad. Nos encontramos que el hombre estaba sentado dentro del garaje, vigilando a ver quien se acerca.

Nosotros fuimos bastante discretos y aparcamos el coche a unos 40-50 metros e hicimos algunas fotos aprovechando el zoom de la cámara. Justo cuando estábamos mirando la casa, llegó otro coche a verla, y cuál fue nuestra sorpresa que eran dos chicas y un señor que iba igual que Walter White cuando es Heisenberg. Iba vestido de forma similar, calvo, con su perilla y sus gafas de sol, y además los rasgos físicos eran bastante parecidos. Ellos también fueron bastante discretos y no molestaron al buen hombre. Después seguimos un poco más y fuimos a ver el tunel de lavado que tenían Walter y su mujer, allí nos volvimos a encontrar a nuestro Heisenberg particular. Teníamos que habernos hecho una foto con él, pero en ese momento no lo pensamos.

Volvemos a la ruta y nuestra intención era desayunar en un local céntrico, muy próximo al teatro Kimo, uno de los símbolos de la ciudad. El restaurante, llamado Nick Crossroads ya no está, o ha cerrado o se ha trasladado. En su local hay otro restaurante que se llama Cafe Bien, y entramos a desayunar y la verdad es que hace honor al nombre, está bien.

Con las fuerzas renovadas seguimos la Ruta 66 dirección sur para hacer la opción pre-1937, que pasa por una serie de pueblecitos con nombre español como Isleta, Mesita, Los Lunas.. La primera parada es en Isleta Pueblo, una pequeña comunidad de viviendas con calles de tierra y casas de adobe pintadas de blanco. Destaca su plaza central donde hay una iglesia de la antigua misión, St. Augustine Church, que es muy bonita y está muy bien conservada.

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Al poco de pasar Isleta Pueblo, cruzamos el río Grande, que si sois un poco mayores (pero jóvenes todavía, eh!), lo recordaréis de varias películas del Oeste. Seguimos atravesando pueblos hasta Los Lunas, donde hay que girar al oeste para volver a la altura de la I-40. En este trayecto nos cayó un buen chaparrón, que duró poco, unos 10-15 minutos, pero la temperatura cayó en picado durante un rato, de unos 30ºC a unos 15ºC. Cuando llegamos a la I-40 a la altura de Mesita, no nos incorporamos sino que vamos a ir bastante paralelos a su trayecto, unas veces al norte y otras al sur de la interestatal.

Justo al pasar Mesita y antes de llegar al siguiente pueblo, Laguna, hay una zona de origen volcánico, puedes ver unos cuantos restos de lava. Además en este trozo de carretera está la Dead Man’s Curve, la curva del hombre muerto. Lo cierto es que curva tiene telita, le falta poco para completar una circunferencia completa y es bastante cerrada, más vale pasarla despacito pues debe tener la fama merecida.

Toca poner gasolina, llevamos unas 1.825 millas y con este repostaje son 150 usd de gasolina. Aquí ya es más cara, sobre los 3-3,50 usd el galón. Una cosa que está bien, es que todas las gasolineras tienen un cubo, recipiente junto al surtidor, que contiene agua con un poco de jabón para que te limpies los cristales, es totalmente gratuito. Además nos encontramos que había una chica muy guapa que te los limpiaba muy amablemente 🙂

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Los paisajes se vuelven a ondular, la tierra es más rojiza. Pequeñas montañas rojizas, castigadas por la erosión, comienzan a acompañar las vistas. Pasamos por la entrada de varios ranchos y nos hacemos una foto en la entrada de uno. Vemos varios perros de la pradera o algo así que, a pie de carretera están tan tranquilos viendo cómo pasas con tu coche, uno incluso estaba junto a un semáforo, no sé si esperaba a que se pusiera verde para pasar…

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Dónde están los perritos de la pradera??

Hacia la milla 200 de nuestra jornada, llegamos a la Continental Divide. Se trata de la división hidrólogica de América, que divide las cuencas de los ríos que desaguan o al Océano Pacífico o al Océano Atlántico. No tiene nada de especial más que ver el lugar, unas fotos y si quieres algo hay alguna tienda de recuerdos.

A la hora de comer llegamos a Gallup y paramos en Earl’s Restaurant. Muy amablemente nos preguntaron de dónde veníamos y nos comentaron que hacía unas pocas horas habían pasado por allí otros españoles que iban en moto. Es un restaurante familiar y la comida está bien, tienes comida americana y mejicana. Hay muchos indios e hispanos comiendo en el restaurante. Tanto en la entrada del local, como cuando estás comiendo, pasan por las mesas varias vendedoras indias por si quieres comprar artesanía local. No es nada molesto, simplemente van pasando de vez en cuando y si quieres algo les avisas.

Por esta zona vemos muchos más trenes, que son enormes, con dos pisos de contenedores, llegan a medir varios kilómetros, se pierden en la distancia.

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Entramos en el estado de Arizona, aquí tenemos que atrasar una hora los relojes, lo que nos viene bien para ganar tiempo. Llegamos finalmente a Chambers, nuestro destino de hoy. El hotel es el Days Inn Chambers Hotel, está en la salida 333 de la I-40, al lado de la interestatal. Lo cierto es que como os comentaba antes, no hay absolutamente nada más que el hotel y una gasolinera al lado, ni rastro del pueblo. Teníamos una cierta preocupación por como estaría el hotel, pero para su precio, unos 46 € por los cuatro, está muy bien. Todo limpio y bastante nuevo, una piscina pequeñita pero muy bien cuidada y como no había casi nadie, la teníamos para nosotros solos. Después del baño, tocó hacer la colada de nuevo, cenamos en el restaurante del hotel, que no tenía mucha variedad pero también estaba bien y no era caro. Visto el resultado, fue una buena elección parar aquí. Ahora a descansar que mañana abandonamos la ruta por unos días para vivir la naturaleza de este enorme país.