Día 4: Chicago

Hoy es nuestro último día completo en Chicago, así que por la mañana nos vamos a una playa del Lago Michigan, a bañarnos un poquito. Por la situación de nuestro hotel, la que nos va mejor es Oak Street Beach que está situada cerca de la torre Hancock, al norte de la misma. Hace un día muy bueno y el agua está muy tranquila, se ve muy transparente y la playa está muy limpia. La arena es fina, no hay mucha gente en la playa, y bañandose menos. Se ve más gente paseando o en bici por el paseo que hay junto a la playa. Ani y los niños se atreven más con el agua, para mí que soy friolero está muy fría, así que no paso de la cintura. Es poco profunda, como las playas de la Costa Daurada de Tarragona. Mientras nos estábamos bañando pasaron varios cazas haciendo prácticas para alguna exhibición o algo así.

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Regresamos al hotel a cambiarnos y salimos a comer. En esta ocasión le toca al turno a Al’s Beef es similar al America’s Dog del primer día, aunque es este predominan más los bocadillos de carne que los perritos calientes. Mi familia se pide el Cheese Dog, yo el Italian Beef, que es su bocadillo estrella. Es similar al hot dog, con el mismo tipo de pan, pero va relleno de carne de ternera desmenuzada muy fina, pimiento verde y provolone. Estaba muy bueno, pero un poco pringoso, no sabías muy bien por donde cogerlo. No sé si ya os lo he comentado pero las bebidas en Estados Unidos, son de relleno gratuito en muchos restaurantes, sobre todo los de comida rápida. El agua es gratuita y suele ser agua del grifo, pero no hemos notado que tenga una calidad diferente a la que puedas encontrar en cualquier hogar de España, así que puedes pedirla sin problemas.

Después de comer nos vamos paseando por Millenium Park hacia el sur, pasamos primero por Buckingham Fountain, una preciosa fuente y más adelante llegamos a The Field Museum, el gran museo de historia natural de Chicago.

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The Field Museum es uno de los principales museos de Estados Unidos, su principal atracción es que posee el esqueleto de Tyranosaurus Rex más grande, más completo y mejor conservado del mundo. Conocido popularmente como Sue. Como curiosidad os diré que la cabeza de Sue no la tienen puesta encima del cuerpo, ya que pesa mucho (unos 250 kg.) y podría perjudicar a la conservación. Así que la cabeza que figura expuesta junto al esqueleto es una reproducción más ligera, la cabeza original puedes verla en la planta superior del museo. Este museo también entra dentro de la Go Card, así que hacemos uso de ella para verlo. Es un museo enorme, tienen cientos, miles de animales disecados, réplicas, muchos de ellos expuestos simulando un hábitat en un pequeño espacio. Podrías estar aquí todo el día, pero creo que con unas 2-3 horas puedes hacerte una idea bastante aproximada de todo y ver lo más significativo o lo que más te interese.

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Al terminar nos vamos al Shedd Aquarium que se encuentra justo al lado de The Field Museum. También entraría dentro de la Go Card, de hecho en nuestro caso, ésta va a ser nuestra última atracción, de las cinco que podíamos escoger. Es un acuario similar al de cualquier otra capital, está bien, sobre todo si vas con niños, como en nuestro caso. Tienen infinidad de peces, reptiles, y un delfinario muy grande, que por desgracia no pudimos ver pues una de las delfines había tenido una cría y los espectáculos estaban suspendidos temporalmente. En cualquier caso os comento que con la entrada de la Go Card te da acceso a la visita general, pero los delfines y algún otro espectáculo adicional, llevan suplemento. Tienen también una piscina con belugas, muy bonitas. Con unas 2-3 horas como en el museo, es más que suficiente para verlo todo.

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Vistas desde el Shedd Aquarium

Estamos cansados, son las 18:00, así que decidimos que ya está bien por hoy, volvemos tranquilamente al hotel pues las piernas ya no dan para más. No tenemos muchas ganas de salir a un restaurante, así que nos acercamos a un supermercado cerca del hotel, Trader Joe’s creo que se llama, en E Ontario St. Compramos una ensalada César tamaño grande, tomates, embutido y pan, estos dos últimos cuesta encontrarlos como en España, todo el pan es de molde, hay baguettes precocinadas, pero no tenemos un horno en el hotel, y el embutido es escaso, lo poco que hay es jamón o salchichón italiano, es lo más parecido que pudimos encontrar. Por hoy es todo, mañana a recoger el coche de alquiler y a iniciar nuestra ruta por el país.

Día 3: Chicago

Hoy 12 de Agosto nos espera un día intenso, queremos aprovechar bien estos días para disfrutar de lo que ofrece esta preciosa ciudad. Chicago es conocida como la ciudad del viento (Windy City), y debe ser así, pero la verdad es que sopla una brisa suave y fresca, que hace que la temperatura sea muy agradable.

Después del desayuno salimos a recorrer la ciudad, imagino que como es lógico habrá de todo en la ciudad, pero lo cierto es que está todo muy limpio y cuidado, da gusto caminar. Nos dirigimos en primer hacia la Torre Willis, llegamos sobre las 09:30 y haciendo uso de nuestra Chicago Go Card, entramos sin hacer colas. Una vez dentro, el ascensor te deja en aproximadamente un minuto en el mirador Skydeck de la planta 103. Se nota la sensación de la velocidad del ascensor, así como la presión en los oídos por el rápido ascenso, toda una experiencia.

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Desde sus más de 400 metros de altura, las vistas son ESPECTACULARES, en un día radiante y despejado como hoy, puedes ver una gran extensión de las llanuras de Illinois y del Lago Michigan. Una vez en el piso del Skydeck, puedes pasearme libremente por toda la planta, con vistas en todo su perímetro. La atracción principal del Skydeck son sus balcones colgantes, totalmente de vidrio transparente, sobresalen del edificio, lo que imagino que no será apto para todos. Nosotros entramos los cuatro, la primera vez que pones el pie en el suelo de vidrio transparente, la sensación de vértigo es extraña, parece que tu cuerpo te diga, no pongas el pie ahí ¡¡, pero al menos en nuestro caso, nos duró ese instante, enseguida nos acostumbramos y disfrutamos de la experiencia, de sus vistas. Como era temprano no había mucha gente, y todos los allí presentes fuimos bastante educados y nos íbamos turnando para entrar y salir de los balcones, sin abusar del tiempo, puedes entrar y salir tantas veces como quieras.

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 Al salir de la Torre Willis nos acercamos a ver Union Station, la principal y más conocida estación de trenes de Chicago. Construída en los años 20, en ella se rodaron escenas de Los Intocables de Elliot Ness. En esta ocasión en el Hall central estaban realizando algún tipo de acto benéfico. Seguimos nuestro camino y nos dirigimos a ver uno de los restaurantes más famosos de la ruta y que puede servir para tomarte un buen desayuno e iniciar la ruta, se trata de Lou Mitchell’s, a nosotros por la hora no nos iba bien ni desayunar ni comer, así que nos limitamos a hacerle unas fotos.

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A continuación vamos al mítico punto dónde se inicia la Ruta 66, situado en W Adams St, casi llegando al Art Institute. Esta señal indica el punto desde donde empieza la aventura, así que nos hacemos unas fotos junto a ella. No hay nadie más esperando, así que las podemos hacer con tranquilidad.

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De aquí nos dirigimos a Millenium Park, que está muy cerca. En este inmenso parque podemos ver varias de las atracciones más conocidas de Chicago. Lo cierto es que es una zona muy bonita, con mucha vida. Aquí tenemos el Auditorio Jay Pritzker, obra de Frank Gehry, el mismo arquitecto del Guggenheim, también podemos ver Cloud Gate (más conocida como The Bean), la escultura metálica con forma de judía, y las esculturas del español Jaume Plensa, la Crown Fountain.

Ya es la hora de comer y hemos pensado que después de esta buena caminata matutina, lo mejor va a ser probar la famosa Deep Dish Pizza de Chicago. Hay muchos establecimientos recomendados, nosotros por la ubicación en que estamos, vamos a Giordano’s , habíamos leído en la web de losviajeros.com sobre su tamaño y menos mal que lo hicimos, pedimos la mediana para compartir los cuatro y fue perfecto, con una comen cuatro. Estaba deliciosa, de lo mejor que hemos comido durante este viaje. Tardan unos 45 minutos en prepararla, pues requiere su tiempo y te la hacen en el momento, ya te lo avisan, pero no nos importaba esperar. Puedes combinar varios sabores, nosotros hicimos media Chicken Bacon BBQ (Barbacoa) y media de piña con bacon. La mediana trae 8 slides (8 trozos, piezas) suficiente dado su grosor. Para no «aburrirnos» en la espera nos pedimos unos nuggets y una ensalada césar, que también estaban muy buenos.

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Bueno, ahora hay que bajar toda esta comida, así que nos vamos andando hacia el Navy Pier, una zona de tiendas, restaurantes, souvenirs, junto a la desembocadura del Chicago River. También tiene un mini parque de atracciones, pero más dedicado a niños pequeños, así que no nos subimos en ninguna atracción. A continuación nos vamos hacia la Magnificent Mile, la zona más cara y con las tiendas de marca de Chicago, algo asi como el Paseo de Gracia de Barcelona. Está situada en N Michigan Ave y paseamos por la avenida, podemos ver en ella la Water Tower, construída en 1869 para bombear agua del lago. Resulta extraño ver una constrcción de cierta antigüedad entre tanto rascacielos. Nuestra intención era pasear por la zona y esperar a que se hiciera de noche para subir a la John Hancock Tower, el otro gran rascacielos de Chicago y ver las vistas de la ciudad de noche, pero todavía es media tarde y estamos cansados, así que decidimos volver al hotel y descansar.

Salimos a cenar antes de ir de nuevo a la John Hancock Tower, y nos decidimos por Billy Goat Tavern, un bar de barrio en una calle subterránea junto a la N Michigan Ave, la zona era algo siniestra a estas horas, pero bueno, estamos al lado de la calle más cara de la ciudad, tampoco tiene por que pasarte nada. El local está bien, muy sencillo, como si en España vas al típico bar de tu barrio. La camarera habla español, lo que facilita las cosas a la hora de escoger las hamburguesas. Tomamos su famosa Cheezborger, muy rica, sabrosa y bien de precio. Seguimos nuestro camino hacia la Hancock y volvemos a utilizar nuestra Go Card para subir a la planta 94 y disfrutar de las vistas nocturnas. esta atracción tiene el nombre de 360 Chicago. Si no quieres gastar parte de tu Go Card o quieres ahorrarte parte del precio o todo, siempre puedes ir al bar restaurante (The Signature Room) de la planta 95 y tomarte algo para que no te llamen la atención y hacer desde allí las fotos. En nuestro caso nos pareció mejor opción el 360 Chicago. A las 21:30 comenzaron unos fuegos artificiales (creo que son habituales a esta hora en verano) en la zona del Navy Pier, que pudimos seguir desde las alturas. Es curioso ver unos fuegos artificiales que explotan más abajo de donde tú estas… Acaba el espectáculo y nuestras fuerzas también, así que, de vuelta al hotel a dormir que por hoy ya es suficiente.

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Día 2: Chicago.

Después de unas cuantas horas de vuelo, con escala en Düsseldorf, llegamos sobre las 11 de la mañana a Chicago. El vuelo ha ido francamente bien. La primera parte operada por Air Berlin, aunque era un avión tipo Vueling o Easyjet, me parecieron más cómodos y con mejor servicio que la media de los vuelos económicos. La segunda parte, operada por American Airlines, perfecta, plazas de turista bastante anchas, varios servicios de snacks, y comida muy bien para lo que suele ser habitual en un vuelo.

Pasamos la zona de aduanas sin problemas, lo cierto es que teníamos un poco de miedo porque hubiera muchos retrasos o que aleatoriamente (porque nosotros somos muy buenos, eh?) nos tocara uns revisión en profundidad, pero la verdad es que se lo miran todo mucho y preguntan, pero fue ágil y no tuve ninguna sensación de agobio, ni malas caras. Nada más salir de la recogida de equipaje, lo que primero que vemos ¿qué es?, pues un McDonalds por supuesto, con muchas banderas americanas por todas partes. Pasamos por delante y vamos a buscar nuestro transporte público desde el aeropuerto O’Hare hasta nuestro hotel.

Lo mejor para llegar al centro es tomar en el aeropuerto la Blue Line, ésta te lleva hasta la zona del Loop, que es el centro financiero de Chicago, el Downtown, donde confluyen las líneas principales de transportes en una zona circular, que te permite conectar y cambiar de línea para que puedas llegar a cualquier otro lugar de la ciudad. además en esta zona tienes el metro elevado, una imagen muy típica, que seguramente habrás visto en películas donde Chicago sea la ciudad protagonista. Puedes consultar toda la información necesaria en la página de transportes de la ciudad: www.transitchicago.com

Para desplazarte puedes comprar una Ventra Card, una especie de tarjeta de crédito, donde cargarás los bonos de transporte que necesites, por ejemplo de 1, 3, 7 días. No son caros, 3 días creo recordar que eran 20 $. Lo que no te entra en este importe es el trayecto del aeropuerto al centro, debes pagarlo aparte. Así que en nuestro caso, como nuestro hotel estaba muy céntrico, nos gusta andar bastante y Chicago es una ciudad muy cómoda de visitar, con la mayoría de sus puntos de interés próximos entre sí, decidimos comprar únicamente el trayecto al centro y no comprar la Ventra Card. Si luego nos cansábamos de andar, ya tomaríamos algún transporte de forma puntual. El precio del billete del aeropuerto al Downtown es de 5 $.

Nuestro hotel era el Kinzie Hotel situado en el downtown, muy cerca del río, en la orilla norte del mismo, así que nos bajamos en la estación de Lake/Clark y fuimos andando pues estaba a unos 5 minutos. Este hotel es perfecto, el mejor del viaje sin duda. En la recepción algunos hablan español, tienen desayuno en cada planta. es decir, tú te levantas por la mañana, sales con tu bandejita al pasillo y junto a los ascensores, en cada planta, tienes montada una mesa con pastas, pancakes, cafés, zumos, salchichas, huevos, tostadas,…, puedes ir y volver a tu habitación las veces que quieras. las habitaciones son muy grandes, muy cómodas y están en perfectas condiciones.

Después de colocar las cosas en la habitación, salimos del hotel para pasar nuestro primer día en Chicago. Ya es la hora de comer, así que es lo primero que hacemos. Habíamos leído sobre el perrito caliente típico de Chicago, el Chicago Dog, así que fuimos a un America’s Dog www.americasdog.com hay varios por la ciudad, y Ani y yo nos pedimos uno, los niños prefirieron hamburguesa. Estaba bien, pero para mi gusto llevaba demasiado pepinillo y una trozo de guindilla enorme, que le daban un sabor bastante fuerte.

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Chicago Dog

Después de comer dimos una vuelta por el centro ya que la idea era hacer un crucero por el río al atardecer. Así que aprovechamos para hacer nuestro primer reconocimiento a la zona más próxima alrededor del hotel.

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Marina City

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Chicago River

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Trump Tower

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Chicago Theatre

Hacia las 17:30 nos dirigimos a uno de los puntos de salida de los cruceros por el río que operan por el mismo. Hay varias compañías y varios tours, incluso también tienes los Chicago Water Taxi, algo así como un servicio público de taxis utilizando el río. Nosotros habíamos adquirido antes de salir la Chicago Go Card que tiene varias modalidades, en concreto teníamos la Explorer que te permite escoger entre 3 o 5 de las atracciones de la ciudad. Está bastante bien, supone un ahorro de dinero. Así que nuestra primera utilización fue para realizar el Architecture Cruise con Shoreline Sightseeing, lo cogimos junto al río, muy cerca de la Trump Tower, es recomendable que si podéis lo hagáis a una hora que os pille el atardecer durante el crucero, las vistas de la ciudad, de los rascacielos y cómo incide la luz crepuscular en ellos, es impresionante, mágico. Nuestro guía, Jim, era un tipo de lo más simpático, nos hizo unas fotos, nos preguntó de dónde veníamos y durante el trayecto sus comentarios fueron muy interesantes. Nos estuvo ilustrando sobre los cuatro tipos de arquitectura que conviven en Chicago, sobre cómo son sus habitantes, sobre el gran incendio que sufrió la ciudad,… realmente una excursión muy recomendable. Al terminar fuimos a cenar al hotel porque nos comentaron en recepción que en la última planta ponían bebidas y aperitivos gratis para los clientes, lo cierto es que no era gran cosa, no tanto por la calidad sino por la cantidad, pero estábamos bastante cansados y decidimos retirarnos a la habitación pues el día había sido largo. Os dejo con unas fotos más, tomadas desde el crucero por el río.