Día 13: Chambers – Mexican Hat

Hoy abandonamos la Ruta 66 por unos días, para hacer un recorrido al norte de la misma. Cuando alguien se plantea un viaje como éste, creo que merece la pena valorar si puedes dedicar algún día más para ver otras cosas que estén cerca de la ruta, pues nunca sabes si podrás volver a pasar por ahí y hacer un viaje para ver expresamente tal parque nacional o tal pueblo, sería algo excesivamente caro.

En nuestra jornada de hoy, saliendo desde Chambers (Arizona), nos acercaremos primero a ver el Petrified Forest National Park, que nos queda muy cerca, a unas 20 millas. Después volveremos de nuevo a Chambers para tomar la 191, dirigirnos al norte y entrar en Utah y llegar a nuestro destino, el pequeño pueblo de Mexican Hat. Os dejo el mapa.

Desayunamos en hotel y salimos temprano, sobre las 08:00 horas, pues hoy tenemos unas 295 millas (474 km) por delante, una larga jornada. Nuestra primera para es el Petrified Forest National Park, que lo podríamos traducir como el Parque Nacional del Bosque Petrificado. Es un lugar realmente espectacular, y ésta va a ser una palabra que no me cansaré de repetir en los próximos días. Se trata de un fenómeno de la naturaleza que se ha ido formando a lo largo de más de 200 millones de años. Si no lo entendí mal, esta zona, hace millones de años cuando en la Tierra había un único continente, Pangea, era zona de grandes bosques y humedales. Con la fragmentación del continente, el cambio del clima y las características de este terreno, grandes cantidades de árboles quedaron sumergidos en toneladas de fango. La acción posterior del sílice de las aguas subterráneas fue provocando una fosilización de estos árboles y se fueron convirtiendo en cuarzo, pero conservando su forma de árbol. Con la erosión y la acción téctonica, estos troncos de árbol fosilizados fueron emergiendo a la superfície.

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Al principio se produjo un expolio general de esta zona, y durante muchos años desaparecieron muchos árboles fosilizados. A mediados del siglo XX por fin, se declaró parque nacional y se pudo acabar con el problema. Los troncos fosilizados siguen surgiendo, se cree que muchos más siguen enterrados y que irán saliendo con el paso del tiempo.

El parque tiene una extensión de 442 km², el precio de la entrada es de 10 usd por vehículo, aunque en nuestro caso, con el pase anual, es gratuito. Lo recorres con el coche por una carretera  de unas 28 millas que lo va atravesando y que te lleva por los diferentes punto de interés. Entre ellos cabe destacar Blue Mesa y Blue Forest, donde el efecto de la sedimentación y la erosión en las diferentes capas del terreno, han creado un paisaje que parece que estés en otro planeta. Puedes ver los restos de Puerco Pueblo, una aldea india del siglo XIII-XIV. En Newspaper Rock podrás admirar petroglifos, diseños simbólicos grabados en la roca, que datan de la época neolítica. Más adelante puedes ver Agata Bridge un gran tronco que se quedó de tal forma que parece un puente. Ha tenido que ser reforzado por el peligro de que pueda caer y evidentemente está prohibido subirse a él. Cerca tienes Jasper Forest y Crystal Forest, donde podrás ver la concentración más grande de estos árboles petrificados. Os dejo unas cuantas fotos que no sé si hacen justicia a la belleza del lugar.

Primero unas fotos desde la entrada al parque hasta Newspaper Rock.

Ahora unas de las zonas de Blue Forest y Blue Mesa, otro planeta.

Y para finalizar Agata Bridge, Jasper Forest y Crystal Forest.

Una vez llegamos a la otra punta del parque, no seguimos la ruta que habíamos pensado y que figura en el mapa adjunto, ya que uno de los guardas nos aconseja volver por el mismo parque y así ahorrar unas millas y tiempo, así que deshacemos camino a través del parque, pues es más corto que tomar la carretera que hay al final e ir a Holbrook para volver a Chambers. Si siguiéramos la ruta sí iríamos por ahí, pero como nos vamos hacia Utah, es mejor volver por el mismo parque. Os recomiendo dedicarle unas 3 horas al parque por lo menos, vale la pena. Volvemos a Chambers y como ya es hora de comer y el restaurante del hotel de la noche anterior estaba bien, comemos allí mismo.

Tomamos la 191 hacia el norte. Rectas, rectas y más rectas, cuento algunas de hasta 7 millas sin ninguna curva. Las distancias entre los pueblos son muy grandes, es buena idea llevar siempre el depósito entre lleno y medio lleno. Seguimos viendo muchos ranchos por la zona, pero son tan extensos, que apenas ves actividad o animales en su interior. Pasamos por Round Rock, una pequeña población con una bonita montaña rojiza, parecida a las de Monument Valley. Aún queda un buen rato hasta Mexican Hat, estamos sobre la milla 200.

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Unas 5 millas antes de llegar a nuestro destino en Mexican Hat, un desvío a la derecha conduce al Goosenecks State Park, un pequeño parque natural donde puedes tener unas espectaculares vistas sobre unos meandros del río San Juan. Es un parque estatal y no entra en el Anual Pass de los parques, pero son aproximadamente las 17:30 y en la garita no hay nadie y se puede pasar libremente. Creo que el coste son 5 usd por vehículo, así que aunque hubiéramos tenido que pagar, tampoco era tanto y realmente merece cada centavo.

Con algo más de 300 metros de profundidad, las vistas de estos meandros del río San Juan son increíbles, sobretodo si puedes verlos hacia el amanecer o el atardecer. No es lugar tan conocido, ni está tan cerca de una población más grande, como otros lugares de naturaleza de este país, eso ayuda a que no encuentres mucha gente en tu visita. Nosotros nos encontramos unas 15 personas más allí. Como se estaba muy bien, comenzaba a caer la tarde y ya estábamos casi en Mexican Hat, decidimos hacer un poco el «cabra», una especialidad de Ani, y por un caminillo por llamarlo de alguna manera, bajamos unos 50 metros de altura, para tener unas vistas más cercanas del río. No fuimos tampoco imprudentes, conocemos nuestras limitaciones, un grupito de italianos que había sí que se jugaron más la vida y se acercaron al borde peligrosamente.

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Volvemos al camino y aproximadamente una milla antes de llegar al pueblo, se encuentra Mexican Hat, la roca que da nombre a este lugar, y que con forma de sombrero mejicano, se encuentra suspendida encima de una pequeño montículo de piedra.

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Finalmente llegamos a nuestro destino Mexican Hat, un pueblo de 3 casas, 3 moteles y una gasolinera. Nuestro motel es el Mexican Hat Lodge, por fuera no tiene una pinta especialmente bonita, pero lo cierto es que está muy bien. Nuestra habitación, la nº8 era amplia, cómoda y limpia y el restaurante es muy especial. Tiene su música country de fondo, cenas al aire libre en la terraza, patio del motel. Todo el menú, como es lógico son carnes, que las hacen en una parrilla muy curiosa porque es basculante, es como un columpio donde ponen la carne y el pan y la parrilla va pasando como un columpio por encima del fuego para hacerse.

El precio, tanto del motel, como de la cena, están por encima de la media que venimos haciendo, pero por un lado, por aquí no tienes mucho donde escoger para alojarte y por otro, merece la pena, la carne estaba de muerrrrte. Nos pedimos un ribeye steak, (como un filete de la zona del costillar) de unas 20 onzas, que estaba tiernísimo. venía acompañado de beans (judías), ensalada y una tostada de pan. Los niños prefirieron el mismo plato pero con hamburguesa, que también era bastante grande.

Cenando nos encontramos con unos catalanes, que venían haciendo la ruta al revés desde Los Ángeles, pero que aquí se volvían y bajaban a San Diego. Por el motel tenían varios bebederos, por llamarlos de alguna forma, donde debían tener algún tipo de néctar dulce, donde los colibrís se acercaban a beber. En verano es una hora más tarde en Utah que en Arizona, así que ya era tarde y nos fuimos a dormir, mañana cuando volvamos a Arizona, ya la recuperaremos. Os dejo con unas últimas fotos del motel y nuestra supercena.

Día 12: Santa Fe – Chambers

Hoy el día nos llevará desde Santa Fe a Chambers, son 275 millas (442 km) y entrando ya en un nuevo estado, Arizona. Cuando estábamos preparando la ruta, esta jornada fue la que nos llevó más tiempo decidir dónde parábamos esta noche. Gallup en New Mexico, es más conocido y más habitual como parada, pero nos quedaba más lejos para afrontar el día siguiente, y la otra opción, Holbrook (Arizona) también lugar más habitual de parada, suponía hacer demasiadas millas para la jornada actual. Así que buscábamos un lugar intermedio, cercano al Petrified Forest National Park, y al final fue Chambers, un pueblecito por llamarlo de alguna forma, de 1.400 habitantes, pero totalmente desperdigados por todo su extenso territorio, de hecho si hay pueblo como tal, nosotros no lo vimos. Os dejo el mapa de la jornada.

Salimos de Santa Fe sobre las 08:15, aunque es Agosto hace algo de fresquillo, hay que recordar que aunque la zona sea semidesértica, estamos a algo más de 2.000 metros sobre el nivel del mar. Nuestra primera parada del día es en la ciudad de Albuquerque. Esta ciudad, de algo más de medio millón de habitantes, es la más poblada de New Mexico, pero como ya comentamos, no es la capital, que es Santa Fe. Los que hayáis visto la serie Breaking Bad, recordaréis que esta es la ciudad donde se desarrolla, así que nos dirigimos a ver un par de lugares del rodaje, que no queda muy lejos de la ruta a su paso por Albuquerque. Uno es como no, la casa de Walter White, nuestro «inocente» profesor. Está en una zona residencial y el propietario se ve que está un poco harto de la cantidad de gente que pasa por allí y se dedica a recrear una escena en la que una pizza acaba en el tejado de la casa. Así que tiene varios carteles avisando de que es una propiedad privada, que respetes su casa, además tiene varias cámaras de seguridad. Nos encontramos que el hombre estaba sentado dentro del garaje, vigilando a ver quien se acerca.

Nosotros fuimos bastante discretos y aparcamos el coche a unos 40-50 metros e hicimos algunas fotos aprovechando el zoom de la cámara. Justo cuando estábamos mirando la casa, llegó otro coche a verla, y cuál fue nuestra sorpresa que eran dos chicas y un señor que iba igual que Walter White cuando es Heisenberg. Iba vestido de forma similar, calvo, con su perilla y sus gafas de sol, y además los rasgos físicos eran bastante parecidos. Ellos también fueron bastante discretos y no molestaron al buen hombre. Después seguimos un poco más y fuimos a ver el tunel de lavado que tenían Walter y su mujer, allí nos volvimos a encontrar a nuestro Heisenberg particular. Teníamos que habernos hecho una foto con él, pero en ese momento no lo pensamos.

Volvemos a la ruta y nuestra intención era desayunar en un local céntrico, muy próximo al teatro Kimo, uno de los símbolos de la ciudad. El restaurante, llamado Nick Crossroads ya no está, o ha cerrado o se ha trasladado. En su local hay otro restaurante que se llama Cafe Bien, y entramos a desayunar y la verdad es que hace honor al nombre, está bien.

Con las fuerzas renovadas seguimos la Ruta 66 dirección sur para hacer la opción pre-1937, que pasa por una serie de pueblecitos con nombre español como Isleta, Mesita, Los Lunas.. La primera parada es en Isleta Pueblo, una pequeña comunidad de viviendas con calles de tierra y casas de adobe pintadas de blanco. Destaca su plaza central donde hay una iglesia de la antigua misión, St. Augustine Church, que es muy bonita y está muy bien conservada.

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Al poco de pasar Isleta Pueblo, cruzamos el río Grande, que si sois un poco mayores (pero jóvenes todavía, eh!), lo recordaréis de varias películas del Oeste. Seguimos atravesando pueblos hasta Los Lunas, donde hay que girar al oeste para volver a la altura de la I-40. En este trayecto nos cayó un buen chaparrón, que duró poco, unos 10-15 minutos, pero la temperatura cayó en picado durante un rato, de unos 30ºC a unos 15ºC. Cuando llegamos a la I-40 a la altura de Mesita, no nos incorporamos sino que vamos a ir bastante paralelos a su trayecto, unas veces al norte y otras al sur de la interestatal.

Justo al pasar Mesita y antes de llegar al siguiente pueblo, Laguna, hay una zona de origen volcánico, puedes ver unos cuantos restos de lava. Además en este trozo de carretera está la Dead Man’s Curve, la curva del hombre muerto. Lo cierto es que curva tiene telita, le falta poco para completar una circunferencia completa y es bastante cerrada, más vale pasarla despacito pues debe tener la fama merecida.

Toca poner gasolina, llevamos unas 1.825 millas y con este repostaje son 150 usd de gasolina. Aquí ya es más cara, sobre los 3-3,50 usd el galón. Una cosa que está bien, es que todas las gasolineras tienen un cubo, recipiente junto al surtidor, que contiene agua con un poco de jabón para que te limpies los cristales, es totalmente gratuito. Además nos encontramos que había una chica muy guapa que te los limpiaba muy amablemente 🙂

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Los paisajes se vuelven a ondular, la tierra es más rojiza. Pequeñas montañas rojizas, castigadas por la erosión, comienzan a acompañar las vistas. Pasamos por la entrada de varios ranchos y nos hacemos una foto en la entrada de uno. Vemos varios perros de la pradera o algo así que, a pie de carretera están tan tranquilos viendo cómo pasas con tu coche, uno incluso estaba junto a un semáforo, no sé si esperaba a que se pusiera verde para pasar…

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Dónde están los perritos de la pradera??

Hacia la milla 200 de nuestra jornada, llegamos a la Continental Divide. Se trata de la división hidrólogica de América, que divide las cuencas de los ríos que desaguan o al Océano Pacífico o al Océano Atlántico. No tiene nada de especial más que ver el lugar, unas fotos y si quieres algo hay alguna tienda de recuerdos.

A la hora de comer llegamos a Gallup y paramos en Earl’s Restaurant. Muy amablemente nos preguntaron de dónde veníamos y nos comentaron que hacía unas pocas horas habían pasado por allí otros españoles que iban en moto. Es un restaurante familiar y la comida está bien, tienes comida americana y mejicana. Hay muchos indios e hispanos comiendo en el restaurante. Tanto en la entrada del local, como cuando estás comiendo, pasan por las mesas varias vendedoras indias por si quieres comprar artesanía local. No es nada molesto, simplemente van pasando de vez en cuando y si quieres algo les avisas.

Por esta zona vemos muchos más trenes, que son enormes, con dos pisos de contenedores, llegan a medir varios kilómetros, se pierden en la distancia.

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Entramos en el estado de Arizona, aquí tenemos que atrasar una hora los relojes, lo que nos viene bien para ganar tiempo. Llegamos finalmente a Chambers, nuestro destino de hoy. El hotel es el Days Inn Chambers Hotel, está en la salida 333 de la I-40, al lado de la interestatal. Lo cierto es que como os comentaba antes, no hay absolutamente nada más que el hotel y una gasolinera al lado, ni rastro del pueblo. Teníamos una cierta preocupación por como estaría el hotel, pero para su precio, unos 46 € por los cuatro, está muy bien. Todo limpio y bastante nuevo, una piscina pequeñita pero muy bien cuidada y como no había casi nadie, la teníamos para nosotros solos. Después del baño, tocó hacer la colada de nuevo, cenamos en el restaurante del hotel, que no tenía mucha variedad pero también estaba bien y no era caro. Visto el resultado, fue una buena elección parar aquí. Ahora a descansar que mañana abandonamos la ruta por unos días para vivir la naturaleza de este enorme país.

Día 11: Tucumcari – Santa Fe

Nuestra jornada de hoy también va a ser corta, en total 180 millas (290 km) hasta la preciosa localidad de Santa Fe, dentro todavía de New Mexico. Esta ruta de hoy planteaba dos posibilidades, seguir el camino de la 66 que a partir de Santa Rosa sigue paralelo a la I40, o tomar la variante de Santa Fe, que hace referencia a la opción de la ruta pre-1937, y que particularmente nos parecía más interesante, y que además es la que creo que siguen la mayoría de los que hacen la Ruta 66. Os dejo el mapa.

Iniciamos nuestro camino desde Tucumcari sobre las 08:15, desayunamos unas pastas en el motel y le decimos adiós al simpático perrito de los propietarios. De nuevo el paisaje se va ondulando ligeramente, es menos llano que el día anterior.

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En la milla 57 llegamos a Santa Rosa, la población donde comentaba que podemos tomar dos alternativas para seguir la ruta. Aquí paramos a desayunar en St Joseph’s Grill y a continuación visitamos un pequeño museo de vehículos, Route 66 Auto Museum. En Santa Rosa también podéis visitar otro lugar interesante, Blue Hole, hay que dejar la ruta unos minutos y callejear hasta las afueras de la población, pero está muy cerca y vale la pena. Se trata de una «piscina» natural, un fenómeno geológico de la zona, que tiene unas condiciones excepcionales para el buceo. La claridad de sus aguas y la profundidad de unos 25 metros la convierten en un lugar privilegiado para este deporte. Sus aguas se mantienen a una temperatura constante de unos 18ºC, ideal para un baño con los calurosos veranos de esta zona, aunque demasiado fría para mi gusto.

Nos desviamos hacia Santa Fe por una carretera de rectas interminables y llegamos a un antiguo asentamiento indio cerca del río Pecos. Se trata del Pecos National Historical Park en el parque podemos visitar los restos de un antiguo poblado indio y así como los restos de la misión española que se instaló junto al poblado. Es el primer parque nacional que vamos a visitar, así que decidimos comprar aquí el pase anual que te permite visitar todos los parques nacionales de Estados Unidos, durante un año. El Annual Pass tiene un precio de 80 usd, es un precio por vehículo hasta un máximo de 4 ocupantes. Teniendo en cuenta que el coste de cada parque de forma individual oscila entre los 25-35 usd, merece la pena si vas a visitar varios. Hay algunos parques que quedan fuera porque, por ejemplo Monument Valley lo gestionan los indios navajos y queda fuera del Annual Pass (aunque Monument Valley no forma parte de la Ruta 66). Es cuestión de que una vez tengas configurada un ruta y tus lugares a visitar, veas si te merece la pena o no.

Volviendo al Pecos National Historical Park, creo que merece la pena la visita, no tardarás mucho, en aproximadamente una hora puedes recorrerlo. Hay un pequeño camino a pie que va recorriendo los diferentes puntos de interés, así que no tiene pérdida. Ahora bien, lo que no te deja muy tranquilo es encontrarte un letrero cuando vas paseando por el camino que te dice: «Cuidado, serpientes de cascabel, no te salgas del camino. Si ves alguna, avisa a las autoridades». Así que ya nos ves a los cuatro con un ojo en el parque y el otro mirando el suelo. Al final no vimos ninguna.

Muy cerca ya de Santa Fe, a las afueras, paramos a comer en Harry’s Roadhouse un restaurante muy popular en la zona, con una buena ambientación. La comida está bien, aunque tampoco lo pondria en el top 3 de los mejores de la ruta.

Llegamos a Santa Fe, son las 15:30 horas y nos dirigimos primero a nuestro alojamiento, el Silver Saddle Motel otro de los históricos de la ruta. Está algo alejado del centro histórico, a unos 10 minutos en coche, pero es confortable, cómodo, está bien de precio, y está en una de las avenidas principales que llevan al centro, con lo que para luego llegar a él, no tiene complicación.

Salimos a dar una vuelta por el centro de Santa Fe. Esta ciudad tiene unos 70.000 habitantes y es la capital del estado de New Mexico. Santa Fe es una ciudad totalmente diferente a lo que hemos visto hasta ahora, sus construcciones de adobe, con parte de las vigas asomando, su aire colonial, su centro histórico con la The Cathedral Basilica of St. Francis of Assisi, The Palace of the Governors, The Loretto Chapel. También destacar la gran cantidad de galerías de arte, tiendas de artesanía que hay por todo el centro, con muchas de sus obras expuestas en el exterior. Merece un paseo relajado, sobretodo a media tarde, cuando ya empieza a caer el sol e incide en el color rojizo de los edificios.

Para visitar el centro, lo mejor es ir con el coche y dejarlo en uno de los parking públicos de pago que hay cerca. No son caros (unos 2 usd la hora) y en dos minutos estás en la catedral. Como el motel tiene su mesita, fregadero, microondas, nevera, decidimos comprarnos los ingredientes para hacernos la cena en la habitación, así lo hacemos más tranquilamente y descansamos que mañana volvemos a tener jornada larga.

Día 10: Amarillo – Tucumcari

Hoy tenemos una de nuestras jornadas más cortas, serán 135 millas (217 km), que nos llevarán desde Amarillo (Texas) a Tucumcari (New Mexico). Aquí tenéis el mapa.

Esta pasada noche hemos tenido tormenta en Amarillo, haciendo que la temperatura sea bastante fresca a primera hora, 57ºF, unos 14ºC. Nada más salir de Amarillo nos encontramos con el Cadillac Ranch. Se trata de una construcción artístico-arquitectónica, de un grupo de arquitectos y artistas llamado Ant Farm. Cadillac Ranch se construyó en 1974 y consta de 10 Cadillac medio enterrados. Los coches están pintados con diversos graffitis, que son hechos tanto por cualquiera que pasa por allí, como por quien gestione el mantenimiento de la atracción turística. No tiene pérdida encontrarlo pues se encuentra al lado de la I-40, la entrada es gratuita. Nosotros tuvimos mala suerte, pues con las lluvias de la noche anterior, el camino de tierra que llevaba hasta los Cadillac era un barrizal en algunos tramos, y no pudimos acercarnos a los vehículos, sólo pudimos hacerles unas fotos desde cierta distancia.

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Continuamos por las llanuras de Texas camino de nuestra siguiente parada, vemos menos las típicas señales verticales que indican que estás en la Ruta 66, cada una con el nombre de su estado, aquí encontramos unas que ponen simplemente Old Route 66 y más de las que se pintan en el asfalto, por esta zona también hay muchos aerogeneradores. Llegamos a Vega, en esta población puedes ver varias casas con murales pintados y una antigua gasolinera, Magnolia Gas Station, de los años 20.

Estamos en la milla 48 de hoy y llegamos a Adrian, la población que marca la mitad de la Ruta 66, el Midpoint Route 66, desde aquí tienes 1.139 millas a Los Angeles y las mismas a Chicago.

Aquí mismo, junto al Midpoint, pudimos disfrutar de uno de los mejores desayunos de nuestro viaje. Aquí está el Midpoint Cafe y nos dimos un buen homenaje para celebrar que habíamos cubierto la mitad de nuestro recorrido. Todo estaba buenísimo, Ani y yo nos pedimos un Texas Breakfast, 2 huevos, 3 tiras de bacon, pan y arroz tejano. Eric y Paula, 2 pancakes, y menos mal que sólo eran dos, porque menudo tamaño. Además cabe destacar el servicio, como siempre en toda la ruta, amabilísimo, preguntándote a menudo si todo está bien o si necesitas algo más.

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Seguimos camino y abandonamos Texas para entrar en New Mexico, lo hacemos a través de una buena pista de tierra que forma parte de la Old Route 66 durante unas 18 millas. Los paisajes van cambiando, sustituyendo los pastos por llanuras o pequeñas ondulaciones donde ya se ve más la tierra y el matorral típicos de una zona más desértica.

Por aquí no hay ni un alma, algunas vacas, cuervos, algún ave rapaz que surca el cielo. De repente Ani me comenta que por detrás viene una ranchera grande, ganando terreno a más velocidad que nosotros. Yo no sé qué le pasó a mi mujer por la mente, no sé que película si La matanza de Texas, Breakdown, Secuestrada o El diablo sobre ruedas. El caso es que empezó a acelerar como poseída por Carlos Sainz, vamos a más de 60 mph por una pista de tierra, la pista está bien, no hay problema, aunque la sensación de velocidad daba un poco de miedito, los nudillos se me estaban poniendo blancos de apretar el asiento. Aquello parecía el Dakar, levantamos una polvareda tremenda. No sé si los que venían detrás tenían malas intenciones o eran unos pobres jubilados haciendo la ruta, pero desde luego tragaron polvo a base de bien y los dejamos atrás, nunca sabremos la verdadera historia…

Finalmente llegamos a Tucumcari, final de nuestra jornada de hoy, una población de unos 5.000 habitantes. Como hoy han sido pocas millas, vamos primero a comer, hemos llegado pronto porque además en New Mexico es una hora menos que en Texas. Nos acercamos a Del’s Restaurant uno de los más conocidos de la localidad. Principalmente nos decidimos por Del’s porque además de carnes, tienen pescado, algo que como ya hemos comentado es poco habitual encontrar por la zona. Comemos salmón a la parrila y fish & chips.

Después de comer nos vamos a nuestro motel, situado en la misma avenida principal que atraviesa Tucumcari. Blue Swallow Motel es otro de los moteles históricos de la ruta, y para nosotros el mejor de los que vamos a visitar en nuestro viaje. Os recomiendo que si alguna vez hacéis este viaje, probad a pasar algunas de vuestras noches de ruta en estos moteles históricos. Da igual si probáis uno, dos, o más, pero vale la pena. El motel es familiar, tienen un perro muy simpático que no para de seguir al Eric. Todas las habitaciones son a pie de calle, algunas tienen su garaje decorado con motivos de la ruta, al lado de su habitación, para otras lo dejas delante de tu puerta, donde también tienes unas sillas si quieres tomar el sol un rato o sentarte a la fresca por la noche. Después de dejar las cosas, damos una vuelta por Tucumcari y cenamos algo ligero.

Por la noche, Cameron, unos de los propietarios del motel, encendió el fuego en una gran barbacoa muy bonita, con forma circular como si fuera una mesa. Ha refrescado al caer la noche y la verdad es que allí, al lado del fuego, en la tranquilidad de la noche se estaba de maravilla. Tenía un balancín hecho de madera que ayudaba a esta sensación de paz y relax.

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Día 9: Clinton – Amarillo

Nuestra etapa de hoy es más corta, unas 175 millas (282 km), que nos llevarán hasta Texas, yehaa¡¡¡. Aquí tenéis el mapa.

Hemos desayunado las sobras del Wallmart, pues a pesar de que en la web de Hoteles.com indicaba que incluía el desayuno, luego no era así :(. Hoy alcanzamos las 1.000 millas de ruta y nuestra primera parada ha sido en el museo National Route 66 Museum de Elk City, a unas 30 millas de nuestro inicio en Clinton. Se trata de un complejo que incluye museo y una reproducción de una ciudad típica del medio-oeste de las primeras épocas de la ruta. También tiene muchos artículos de rodeo, de una familia del pueblo muy conocida por aquí, y supongo que de todos los aficionados del rodeo, los Beutler Brothers. Cuesta 5 usd los adultos y 4 usd los niños. Como en otros museos, les gusta mostrar imágenes de la vida cotidiana de hace 50-100 años, representándolo mediante figuras a tamaño natural que simulan una peluquería de los años 40, o una secretaria-telefonista de los años 50, etc…

Seguimos camino y para sorpresa nuestra descubrimos que nuestro hijo tiene un pueblo en Estados Unidos para él solito 🙂

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Poco a poco vamos llegando a la frontera del estado, seguimos con paisajes llanos, pastos, vacas y más vacas. Pasamos por algún motel típico como el Western Motel en Sayre y finalmente cruzamos Texola, el último pueblo antes de entrar en Texas.

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Texas es un estado enorme, pero la ruta lo atraviesa por su zona norte, por esa forma cuadrada en su parte superior que podéis ver en la foto anterior. La primera población que nos encontramos en Texas es Shamrock, aquí hacemos parada y visitamos la gasolinera y café Tower Conoco Station en la que está inspirada la que sale en la película de Cars. Fue construída en 1936 y tiene tienda y una cafetería ambientada en los años 50. En el exterior de la gasolinera había unos coches de la época muy bien restaurados, al principio creíamos que eran parte de la atracción y nos pusimos a hacer fotos tranquilamente, pero luego resultó que eran de unos que también iban haciendo la ruta.

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Hacia la milla 100, llegamos a McLean, donde podéis ver la gasolinera Phillips 66 más antigua de este estado. Como es de esperar, está muy bien conservada, restaurada, cómo les gusta a los americanos esto de las antiguas gasolineras.

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Las carreteras, las llanuras se pierden en la vista, cada vez hay menos árboles. Ahora si queremos podemos ir algo más rápido, según el tramo de carretera en Texas puedes ir hasta 70 mph, unos 115 km/h. Otro tema que quizás no habíamos comentado es que la señalización de las carreteras es muy clara. Si más o menos te orientas bien sobre la dirección que quieres ir, no tendrás nunca problemas pues siempre te indican si vas a coger tal carretera en dirección norte, sur, este u oeste. en nuestro caso como vamos de este a oeste, casi siempre debíamos seguir las indicaciones de West. Pasamos por el depósito inclinado de Britten, una curiosidad de la zona.

Everything is bigger in Texas, es una expresión que habrás oído alguna vez o la oirás cuando estés por este país. Con nuestra siguiente visita, pudimos comprobarlo. Llegamos a la Cross of Our Lord Jesus Christ una enorme cruz cerca de la población de Groom. Tiene casi 60 metros de altura, con lo que mucho antes de llegar, ya la vas viendo a lo lejos. Junto a ella se representan los diferentes pasos de los últimos días de Jesús, desde que Poncio Pilatos se lava las manos, hasta que recogen a Jesús de la cruz. Además en el parking pudimos ver otra de las imágenes normales en este país y nunca vistas en el nuestro, una autocaravana que llevaba un todoterreno de remolque. En España como mucho ves autocaravanas con bicis, alguna moto, aquí es habitual llevar un coche a remolque para tus desplazamientos cuando pares.

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Lo pequeñito que hay en la base de la cruz, soy yo 🙂

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Finalmente, llegamos a nuestro destino de hoy, Amarillo. Como es la hora de comer, y antes de pasar por el hotel, hacemos la parada obligatoria de esta población, The Big Texan un restaurante motel donde puedes comer cantidades, tamaños enormes, Ya lo hemos dicho, aquí es todo a lo grande. El local es enorme, tiene diversas zonas. Su principal atracción consiste en intentar comerte un enorme steak de 72 onzas, poco más de 2 kg, en un plazo máximo de una hora. El reto no es sólo el enorme chuletón, es que has de comerte también lo que complementa el menú, patata asada, ensalada, pan con mantequilla y cóctel de gambas. Si lo consigues te sale gratis, ponen tu nombre en el salón de la fama y te dan una camiseta, si no puedes pues a pagar los 72 usd del menú. Para hacer el reto te sientan en una mesa que está más elevada que el resto, como en un escenario. Se trata de un buen restaurante, la comida está muy buena, el hecho de que tenga esta u otras atracciones, no le resta calidad a su cocina.

Nosotros no nos atrevemos con el reto, así que nos conformamos con el steak de 12 onzas, unos 350 gr., con sus complementos. La ternera está muy rica, muy jugosa. Los niños se deciden por el chicken grilled steak sandwich. Aquí la family pasó un buen rato de risas a mi costa. Cuando nos traen la comida y comienzo a comer, le hinco el diente a lo que yo me pensaba que era un pimiento por su tamaño, pero no, era un jalapeño¡¡¡, socorro la lengua me arde, esto es un infierno¡¡, corriendo cojo el hielo de la Coca Cola y me lo pongo en el labio y la lengua. Ya puedes imaginar las risas de Ani y los niños y yo allí sufriendo pensando que estaba dejando parte de mi cuerpo en Texas. En fin, el hielo hizo su efecto y fuí recuperando la normalidad. Para el postre, dado el tamaño de los platos, nos pedimos un trozo de pastel de zanahoria para compartir entre los cuatro, lo que se demuestra un acierto al verlo llegar a la mesa, nuevamente estaba buenísimo.

Cuando estábamos terminando el postre, un valiente se animó a subir a la tarima a ver si conseguía el reto. Como es normal, ahí fuimos varios a hacerle unas fotos al hombre, se le veía concentrado en la labor. No sabemos si lo conseguió pues nosotros ya no íbamos a esperar casi una hora hasta que acabara, pero llevaba buen ritmo. Os animo a que entréis en el enlace de la web de Big Texan que os he dejado (Record Molly Schuyler), allí podréis ver a la actual titular del record, una chica de lo más normal, que se zampa el menú en 4 minutos 18 segundos. Lo de zampar es un decir, más bien engulle y traga sin masticar apenas, es todo un espectáculo. Además creo que tiene otro record de comerse tres veces seguidas el menú en unos 20 minutos, una auténtica barbaridad. A mí si hay un cataclismo o vienen los zombies, me da más miedo estar al lado de esta mujer…

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El establecimiento también cuenta con una tienda de recuerdos, con una silla enorme donde te puedes hacer una foto que queda muy divertida y unas fotos en la pared, camino de los servicios, que dan un poco de miedito.

Bueno, tras este buen rato, nos dirigimos ya a nuestro hotel Super 8 Motel Amarillo que está muy cerca de Big Texan, al lado de la interestatal. El hotel está bien e incluye desayuno. Damos una vuelta por la ciudad, Amarillo tiene unos 200.000 habitantes, pero como en Estados Unidos no se utilizan mucho los bloques de pisos como construcción, su extensión es mucho mayor que la de cualquier ciudad española con el mismo número de habitantes. Hay muchísimos restaurantes, unos junto otros, cada uno tiene su propia construcción. Ya comienzan a abundar las taquerías, restaurantes mexicanos. Nos vamos a un centro comercial grande que encontramos para dar una vuelta y cenar en algún local que haya dentro. Al final vemos un sitio que sirven Corn Dogs, que son una especie de frankfurt rebozado como si fuera un buñuelo y frito, pinchado en un palo. A los niños les apatecía probarlo, lo habían visto por la tele. Pedimos los Corn Dogs y unas porciones de pizza, y menos mal porque los Corn Dogs no nos gustaron nada.

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Bien, esto es todo por hoy, mañana cambiamos de nuevo de estado y entraremos en New Mexico.

Día 8: Claremore – Clinton

Hoy tenemos por delante una jornada de unas 230 millas (370 km), íntegramente por las tierras de Oklahoma. Nuestro hotel incluía el desayuno, algo bastante común en algunas de las cadenas de hoteles sencillos que surcan los Estados Unidos. No esperéis nada del otro mundo, leche, café, zumos de concentrado de fruta, algunas pastas, tostadas y waffles o pancakes (te los haces tú mismo con una pasta que pones en un molde), pero bueno es más que suficiente para llegar hasta la hora de la comida. Os dejo el mapa de la ruta de hoy.

Salimos temprano, sobre las 08:15, pues en nuestro destino, Clinton, hay un museo de la ruta y no queremos llegar tarde (cierra a las 18:00-19:00 según la época del año) y que no nos de tiempo a verlo.

Nuestra primera parada de hoy es en la Blue Whale que se encuentra en Catoosa. Se trata de una construcción recreativa con forma de ballena, creada a principios de los 70 por Hugh S. Davis como regalo de aniversario para su esposa. La ballena tiene unos pequeños toboganes acuáticos que sale de su interior y van a parar al pequeño lago que hay. En su día los habitantes de los alrededores venían a bañarse, hacer picnic en la zona, pero hoy en día Blue Whale, aunque se ve en buen estado, no es suficiente para que la gente se esté diviertiendo en ella, pero puedes entrar a verla por dentro. La entrada es gratuita.

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A medida que nos vamos internando en Oklahoma, los paisajes van perdiendo buena parte de sus ondulaciones, comienzan a ser más frecuentes las llanuras, los pastos para las muchas granjas de vacas, ranchos, de la zona. Cuando pasamos junto a las casas que quedan a pie de carretera, podemos en alguna de ellas, ver los refugios para tornados, pues Oklahoma es uno de los estados que más los sufren.

Sobre la milla 30 pasamos por Tulsa, posiblemente la segunda ciudad más grande de Oklahoma, decidimos no parar pues tampoco hay nada que nos llame especialmente la atención. Llegamos a la milla 88 y paramos en las poblaciones Stroud y Chandler, para fotografiar un par de moteles el Skyliner Motel (Stroud) y el Lincoln Motel (Chandler), son moteles históricos de la ruta, como el de Lebanon que dormimos hace un par de noches.

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Lincoln Motel

Unas 30 millas más y llegamos a Arcadia y visitamos el granero Round Barn construído a finales del siglo XIX, su particularidad es la forma circular que tiene, es muy bonito, la ruta pasa por delante, no tiene pérdida, y una vez visto, para nosotros no hay duda de que es una de las paradas obligatorias de la ruta. El granero tiene dos plantas, arriba estaría el granero y abajo está habilitado el museo y la tienda. Os recomiendo entrar primero abajo, y espero que tengáis la misma suerte que tuvimos nosotros de que Bill, uno de los que ayudó en su restauración, os lo enseñe y os explique su historia. Bill es un señor de 89 años con una vitalidad tremenda que ya querríamos muchos de nosotros a nuestra edad actual. Te explica con pasión la historia del granero, de cómo jugaba en él de joven de cómo estaba abandonado y medio derruído y cuando parte del techo cayó en los años 80 y entonces un pequeño grupo de voluntarios de la población, entre los que se encontraban él y su esposa, lo restauraron por completo. Nos dice que desgraciadamente para él, su esposa había fallecido en el mes de Abril de 2015, pero que él seguía activamente en el Round Barn para poder mostrar a todo el mundo su pequeña obra de arte.

La parte superior ahora restaurada, la alquilan para fiestas de cumpleaños, aniversarios, para fiestas locales, sin abusar del número de eventos. De todas formas la gente que lo pueda alquilar son vecinos que conocen la historia y son siempre muy respetuosos con este monumento. Cuando estábamos viendo esta planta de arriba, junto con un matrimonio alemán de Munich, Bill se arrancó a enseñarnos cómo se baila por esta zona, así que el hombre sacó a bailar a Ani, a Paula y a la señora alemana, una situación algo embarazosa para ellas, pero muy divertida para nosotros… 🙂


A unos 300 metros más adelante del Round Barn, nos encontramos con el POPS un restaurante, tienda y gasolinera, que destaca por tener una botella gigante de soda en el exterior de unos 20 metros de altura. Dentro puedes comprar sodas de cualquier sabor que puedas imaginar.

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Continuamos camino y pasamos por la capital del estado, Oklahoma City, no hacemos ninguna parada y seguimos hasta llegar a El Reno (no confundir con Reno, Nevada, ciudad de multitud de casinos). Aquí nos detenemos pues es la hora de comer. Nos ayudamos de nuestra magnífica guía y nos sugiere que vayamos a Robert’s Grill por sus deliciosas hamburguesas. Cuando llegamos al restaurante y lo vemos por fuera pensamos, ¿pero qué tugurio es este?, yo ahí no entro, y cuando abres la puerta y ves un local enano, sin mesas, sólo una barra con 10-15 taburetes y varios vaqueros en su interior, piensas, mejor me doy la vuelta. Pero no ¡¡, hemos venido a vivir una aventura, a conocer la América profunda, real, así que p’adentro.

¿Cuál fue la experiencia?, pues unas hamburguesas buenísimas, un local muy familiar llevado por el padre y sus dos hijos adolescentes, con los estuvimos conversando sobre nuestro viaje, nos dieron algunos consejos. Hablamos también sobre el instituto con sus hijos, que ellos acaban antes sobre el mes de Mayo, pero empiezan también antes, en Agosto. En fin, como suele decirse las apariencias engañan y si venís por aquí y os pilla bien de hora, no dejéis de comer sus deliciosas hamburguesas dobles con cebolla (añade queso o bacon al gusto). Puedes ver como te la prepara en el mismo momento, cogiendo un puñado de carne picada, la pone en la plancha, la chafa un poco, le pone la cebolla por encima y la aplasta más hasta darle la forma de hamburguesa irregular. Para hacer el bacon, lo ponía en la plancha, pero luego le ponía otra plancha como las de planchar la ropa encima, para hacer los dos lados a la vez y que no se curvase.

Seguimos camino, las carreteras se hacen rectas, y más rectas, llanuras a un y otro lado, y la tierra tiene un color rojizo. Cuando pasamos junto a ranchos, algunos son tan inmensos que no ves animales, y si los ves, tienen tanto espacio para ellos que cada uno va a su bola.

Finalmente llegamos a Clinton, nuestro destino, dejamos las cosas en el hotel y nos vamos a ver el museo Oklahoma Route 66 Museum tanto el museo, como la tienda de souvenirs que tiene están muy bien, es un buen sitio para comprar algunos. En muchos de los museos o tiendas encuentras entre otros souvenirs, matrículas de vehículos de los diferentes estados. Me gustan, así que creo que durante el viaje iré cogiendo alguna. El museo cuesta 5 usd los adultos, 1 usd los niños.

Volvemos al hotel, Days Inn Clinton un hotel sencillo pero bien para una noche, de la cadena Days Inn. Hoy toca lavandería, pues no hemos puesto ninguna desde que salimos y tampoco era cuestión de traerse tropocientas prendas de ropa. Para un viaje de tantos días, mejor traer ropa para 7-8 días y vas poniendo lavadoras y secadoras por el camino. Son económicas y son bastante rápidas, en el mismo hotel pueden venderte jabón y suavizante (normalmente) además la ropa quedaba bastante bien. Para cenar hoy Pizza Hut, que no lo habíamos probado todavía. Ahora a dormir, mañana entraremos en Texas.

Día 7: Lebanon – Claremore

Hoy tenemos una jornada de 255 millas (410 km) que nos llevará desde Lebanon (Missouri) hasta Claremore (Oklahoma). Puede parecer que conducir estas distancias cada día sea muy agotador, pero conducir con un coche automático y por estas carreteras, espacios abiertos, se hace muy sencillo, agradable. Te cansas pero nada del otro mundo. Os dejo el mapa de la ruta de hoy.

A las 08:45 nos ponemos en marcha, como comentamos en la entrada anterior, el desayuno ha sido en la habitación con las compras de ayer. Antes de hablar de nuestra primera parada de hoy, todavía no os hemos puesto ninguna foto de alguna de las casas que nos vamos encontrando por el camino. Evidentemente no son todas así, pero en Illinois y Missouri son más habituales. Hacemos las fotos con cuidado y sin bajar del coche, no vaya a ser que nos vea alguien y se piense que los estamos espiando y llamen a la pasma.

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Nuestra primera parada de hoy será para ver una enorme tienda de artículo deportivos, de caza, pesca y camping, la Bass Pro Shop cualquier descripción sobre su tamaño, lo que puedes encontrar dentro, no le haría justicia. Es como si cogieras cualquier gran gran superficie de Barcelona, Madrid y la dedicaras toda en exclusiva a los artículos deportivos. Está situada en Springfield (en el de Missouri), y la Ruta 66 pasa justo por delante, así que no tendréis problema en encontrarla.

Está centrada en la caza, pesca y el camping, hay armas de todo tipo, arcos, ballestas como las que lleva por ejemplo el personaje de Daryl en The Walking Dead. Tiene varias piscinas, peceras, estanques en su interior, con todo tipo de peces, patos, caimanes, serpientes. Tiene muchísimos animales disecados de gran tamaño, como osos, alces, ciervos, trofeos de caza. Venden también gran cantidad de buggies de todos los tamaños, lanchas rápidas pequeñas, grandes y enormes. En fin, una brutalidad, aquí se hace todo a lo grande. Decathlon a su lado sería como un quiosco de venta de la ONCE.

Seguimos nuestro camino y nos detenemos en nuestra primera gasolinera del día, una de las más conocidas de la ruta, la Gary’s Gay Parita Station, desgraciadamente no la vamos a poder visitar, hoy es domingo y está cerrada, así que sólo podemos verla por fuera y hacerle unas fotos.

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Continuando nuestro camino pasamos por una zona donde están construyendo unas casas, como igual habéis visto por la tv y el cine, aquí se usa mucha madera en la construcción de las viviendas. Incluso casas que pueden parecer de obra en realidad, sólo es un recubrimiento exterior, toda la estructura e interiores son de madera. Para muestra una foto.

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Aproximadamente en la milla 115 de hoy, cerca de la población de Carthage (Missouri), visitamos el pueblo «reconstruído» de Red Oak II . Parece un pueblo fantasma, pero se trata de una reconstrucción de un pueblo cualquiera, con todos sus elementos típicos de los años 50-60. Al parecer el artista local Lowell Davis, vivió en el real Red Oak, que poco a poco fue desapareciendo, después de finalizar la Segunda Guerra Mundial. Entonces decidió recrear cómo era la población. Se trata de una visita totalmente gratuita (dejas la voluntad) y cuando fuimos lo cierto es que no había nadie, ni visitando ni trabajando ni vigilando, así que realmente tienes la sensación de estar paseando por un pueblo fantasma en el que el tiempo se ha detenido. Es sorprendente encontrar por la ruta, este tipo de museos, exposiciones, totalmente gratuitos y que llevan un trabajo enorme detrás.

En Missouri el terreno ha cambiado ligeramente respecto a Illinois, hay más ondulaciones, colinas, más vacas y menos maíz. De momento el tiempo soleado nos acompaña en nuestro viaje, ha subido un poco la temperatura respecto a Chicago, pero como mucho llegamos a unos 30ºC. Al llegar a Carthage nos acercamos a ver el autocine de esta población, el 66 Drive-In Theatre en esta ocasión no tenemos tanta suerte y está cerrado, no podemos entrar a verlo. Hacemos alguna foto desde el exterior, pero no tan bien como en el de Litchfield.

Cambiamos de estado y entramos brevemente en Kansas, la Ruta 66 lo atraviesa durante unas 13 millas. Precisamente queríamos comer en Baxter Springs, pero el restaurante está cerrado así que seguimos algo más de camino. Paramos en un par de gasolineras históricas, una en el mismo Baxter Springs, una Philips 66 Station de los años 30 y la siguiente en Commerce, la Allen’s Fillin’ Station ya en el siguiente estado, Oklahoma.

Sobre la milla 170 llegamos a Miami, no la de Florida lógicamente, además cuidado porque se dice, «My-am-uh», a ver si se os va a enfadar algún vecino. Aquí ya toca comer y vamos al Waylan’s Ku Ku Burger un negocio familiar, con unas hamburguesas muy buenas. Además tiene unos preciosos coches restaurados en el exterior.

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Seguimos ruta, pero antes seguir comentaros antes de que se me pase, que por toda esta zona, cerca de la ruta original transcurre la I44, lo que sería la autopista/autovía que sustituye a la antigua 66, pero aquí a diferencia de otras zonas tiene tramos de peaje, y por lo que he leído de algunos foreros tiene su miga pagarlos, no hay unas explicaciones muy claras. Así que informaros bien si queréis pasar por ellos. Nosotros no lo miramos pues no teníamos intención de pasar por ninguno. Bueno seguimos, poco antes de Chelsea nos desvíamos ligeramente para pasar por el puente Pryor Creek Bridge muy bonito, por el río hay unas tortugas disfrutando del baño.

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Volvemos a ruta, pero muy pronto tomamos un nuevo desvío en Foyel, nos alejamos unas 4 millas para ver el Totem Pole Park es un pequeño parque de esculturas con formas de totem indio, realizadas por el artista Ed Galloway. Como los demás, es gratuito y dejas la voluntad, puedes pasear tranquilamente, está junto a una casa donde vivió el artista, ya fallecido a principios de los 60. Destaca principalmente uno de 12 metros de altura.

Finalmente, sobre las 17:30 llegamos a nuestro hotel en Claremore, el Microtel Inn & Suites Wyndham por el precio, unos 50 €, es un hotel que está muy bien. Tiene su pequeña piscina, jacuzzi, y la habitación tiene una pequeña cocina que separa las dos camas. Así que hacemos algo de bondad monetaria y nos vamos al Walmart cercano y nos compramos la cena. Disfrutamos un poco de la piscina, reponemos fuerzas, cargamos todos los trastos eléctricos y a dormir.