Día 10: Niagara Falls – Lancaster

Esta mañana toca volver a las cataratas a ver el lado norteamericano, dejamos el coche en el parking Niagara Park Lot 1 (Prospect St), mucho más barato que el parking de ayer del lado canadiense, éste nos cuesta 10 usd. Lo primero de todo es ir a subir al barco Maid of the Mist, esta ruta en barco al corazón de las cataratas, la puedes hacer tanto desde el lado americano como desde el canadiense, son exactamente las mismas rutas y con barcos muy similares, pero no vamos a volver a pasar por tener que cruzar la frontera, nos viene mejor el lado americano y repito, es exactamente el mismo recorrido, cada pocos minutos sale un barco de cada lado y se acercan a la cascada en herradura del lado canadiense, se van turnando, uno americano, uno canadiense, y así todo el día. Buenos antes de enrollarme más con el día os dejo nuestra ruta de hoy y luego sigo.

Sigo con el rollo, el Maid of the Mist abre a las 9:00, nosotros llegamos a las 9:05 y fue todo perfecto, no hay casi nadie. El billete cuesta unos 20 usd, puedes comprarlo por anticipado en la web o allí, no lleva hora incorporada pues la frecuencia de barcos es muy alta (cada 10-15 minutos), llegas, haces la cola que te toque y te subes en el barco, nosotros los llevábamos comprados pero ya digo, no había mucha gente tan temprano y no hicimos apenas nada de cola. De hecho en el barco cabían muchas más personas y a su hora salió con unas 20-25 personas en la cubierta de arriba y 8-10 en la de abajo, como entramos de los primeros, pues claro, a la cubierta de arriba y a primera fila, en la proa.

Bueno, comienza el espectáculo, al pasar junto a las cataratas norteamericanas ya nos comenzamos a mojar, te dan un chubasquero sencillo, que tapa lo básico, pero como es talla única a algunos les llega a la rodilla y a otros más o menos. A medida que nos acercamos a la catarata canadiense, el ruido y el cantidad de agua que nos cae encima se intensifica, de rodillas para abajo nos ponemos chorreando, llega un momento en que mejor que te olvides de hacer fotos, mete la cámara debajo del poncho y disfruta del espectáculo, si no quieres quedarte sin cámara básicamente, hay momentos en que casi no ves nada de la cantidad de agua que te cae, además de que te ataca por todas partes, el barco se acerca muchísimo a la base, el ruido es impresionante, vale totalmente la pena. Os dejo algunas fotos, antes de la ducha.

Abandonamos el barco y nos vamos a ver las vistas desde el Observatory Deck, muy cerca de donde coges el Maid of the Mist, la entrada es gratuita y las vistas son magníficas.

Observatory Deck desde el barco

Seguimos paseando por los jardines, parques que hay junto a la catarata americana, podrás encontrar diversos miradores, lugares donde observar cómo llega el agua justo hasta la catarata, con unos rápidos, muy rápidos, valga la redundancia. Desde unos de ellos se puede observar otra atracción que al final descartamos, Cave of the Winds, que mediante una serie de escaleras te permite acercarte a la base de la catarata americana. Decidimos no hacerla porque, por un lado es muy parecida a la Journey Behind the Falls de ayer y por otro lado, el viento soplaba hacia los visitantes y se les veía chorreando. Además son muchas escaleras y mojadas, no quiero tener un accidente y acabar con mis huesos o los de alguno de la family en el hospital.

Esta atracción, Cave of the Winds, tiene la curiosidad de que la montan y desmontan cada año, pues es de madera principalmente y con el frío que hace aquí, en invierno se destrozaría con la nieve y el hielo. Ya os digo, yo pagar otros 80 usd por los cuatro para ver más o menos lo mismo y con el camino que tenemos hoy por delante, no me sale a cuenta, pero bueno, tampoco digo que sea una mala opción verla si tienes tiempo.

Bueno, ya es hora de dejar Niagara y seguir nuestro camino hacia el sur, con destino a Lancaster, en territorio Amish. El camino hasta allí va a ser largo, pero no hay ninguna parada significativa que mostraros. Paramos en un Applebee en Corning a comer, ya tenía ganas de probar uno, es una especie de Foster’s Hollywood con más variedad y la verdad es que está muy bien, comemos los cuatro por unos 70 usd. Seguimos circulando por Pennsylvania, más granjas, más maizales, el paisaje verde sigue presente en nuestras retinas. Finalmente llegamos a Lancaster sobre las 18:30, al hotel Econo Lodge Amish Country, definitivamente fue buena idea dormir en el lado estadounidense para llegar a una hora más razonable. Hoy cenamos en un Subway y a dormir.

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